La estación del Metro de Hospital Clínic, de la línea 5, sufre goteras cada vez que llueve un poco más de lo normal. Ya se ha convertido en una imagen habitual que en dicha salida los empleados del Metro tengan que colocar cubos, para recoger el agua que cae a chorro, y carteles avisando a los usuarios del riesgo de resbalones.
Y pese a que desde hace tiempo la situación se repite, la única solución que los responsables del Metro han encontrado ha sido poner un trozo de uralita de plástico trasparente para que, supuestamente, conduzca el aguda fuera de la vista de los usuarios.
Sin embargo, el 'invento' ha resultado inútil y, de nuevo, ha bastado con que haya caído una tromba de agua en la zona para que el agua haya vuelto a filtrar desde la superficie y haya convertido la entrada a la estación en un charco.
Además, esta situación implica un serio riesgo para las personas, sobre todo teniendo en cuenta que por ese acceso entran y salen muchas de las personas que pasan por el Hospital Clínic, muchas de ellas personas mayores que son mucho más propensas a sufrir accidentes por este tipo de causas.