Los padres de los alumnos de la escuela Entença, en el distrito del Eixample, han solicitado el "traslado inmediato" de los niños ante un posible riesgo para la salud de los estudiantes y los profesores. El centro, ubicado ahora provisionalmente en la calle de Viladomat 244, se encuentra en el área de influencia de las ondas electromagnéticas de una subestación eléctrica y aseguran que nadie les ha garantizado que no haya consecuencias nocivas para la salud de los pequeños.
Las familias de la escuela han organizado una protesta para este viernes en la confluencia de las calles de Comte d'Urgell con París ante la falta de respuesta las administraciones, tanto el Ayuntamiento de Barcelona como del Consorcio de Educación, del que también forma parte la Generalitat. Esta semana, el consistorio ha confirmado a los padres que tendrán que quedarse en la ubicación actual otros cuatro cursos más a pesar de que se han puesto sobre la mesa cuatro posibles emplazamientos definitivos, el último de ellos un solar del hospital Clínic ubicado en Provença con Villarroel.
PROMESAS Y EXCUSAS
De hecho, hace tres años que los padres esperan una ubicación definitiva. "Hace tres años que escuchamos promesas y recibimos excusas por parte del Ayuntamiento y el Consorcio de Educación. Exigimos el traslado inmediato de la escuela Entença a una ubicación segura para la salud de nuestros hijos", ha explicado Mariona Puigdellívol, que forma parte de la asociación de familias para una nueva ubicación del centro. La directora del centro se ha negado a contestar a las preguntas de Metrópoli Abierta.
Las familias explican que han solicitado por vías formales e informales un informe que garantice que el actual emplazamiento es seguro. Sin embargo, ese documento o no se ha hecho o no se ha presentado a los padres. En una nota de prensa, los progenitores dicen que el Ayuntamiento lo solicitó el pasado mes de julio a la Agencia de Salud Pública, pero de momento no lo han visto. La subestación eléctrica se encuentra en el subsuelo de la calle de Viladomat, junto al centro escolar. Los respiraderos son visibles desde la calle.
Además de este potencial riesgo para la salud de los alumnos y profesores, las familias denuncian otras graves deficiencias en el colegio, como falta de espacio exterior, falta de espacio en el comedor y falta de cocina propia y de equipamiento del office. El centro presenta también deficiencias constructivas en los módulos, "como goteras sobre los cuadros eléctricos cuando llueve y la existencia de colonias de mosquitos tigre a causa de la acumulación de aguas".