“¡No, no, no a la contaminación!”, es el clamor que durante unos instantes de este martes se apodera de la esquina del paseo Sant Joan con calle Aragó. Acto seguido, una multitud corta la calle con pancartas que dicen: “¡Stop contaminación! ¡Menos coches! ¡Más salud”, también soplan silbatos con fuerza y lanzan gritos al aire que exigen vivir en una Barcelona más libre de polución. Para evitar las congestiones, la Guardia Urbana corta el tráfico durante unos minutos. Esta escena demuestra el poder que puede llegar a tener la unión de personas que intentan evitar que los gases nocivos sigan perjudicando a la salud de los ciudadanos de la capital catalana. Según la Guardia Urbana, el número de manifestantes ha sido 80, pero de acuerdo según la plataforma de vecinos que ha convocado la protesta, Eixample Respira, se trata de unos 400.

NIVELES DE CONTAMINACIÓN

El Eixample es el distrito con más contaminación de Barcelona. Los datos hablan por sí solos. Desde el 1996 la estación de control de calidad del Eixample detecta niveles de dióxido de nitrógeno (NO²) muy superiores a los establecidos por ley. Mientras el nivel establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE) es de 40.0 µg/m3, en 1996 ya era en el Eixample de 70 µg/m3, según datos del Departament de Territori i Sostenibilitat.  En los últimos años, el panorama no ha mejorado demasiado si tenemos en cuenta que, de acuerdo con datos del mismo departamento, en 2016 era de 52 µg/m3, en 2017 de 59 µg/m3 y en 2018 de 54 µg/m3. También son alarmantes los niveles de partículas en la suspensión (PM10). Ambos son indicadores de las emisiones generadas por los vehículos motorizados, la principal causa de contaminación del distrito.

Los manifestantes han cortado el tráfico de la calle Aragó / METRÓPOLI ABIERTA



Uno de los integrantes de Barcelona Respira, Guille López, cuenta  a Metrópoli Abierta que la plataforma fue impulsada el pasado marzo con la meta de que “el problema de la contaminación deje de estar tan normalizado y, al mismo tiempo, recordar la importancia de reducir las emisiones de gases contaminantes”. Para López, uno de los principales problemas del Eixample es que “no tenemos calles, tenemos autopistas urbanas (calle Aragó, Marina, València o Gran Via)”. La realidad es que sobran los motivos para inquietarse. Según la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), un mínimo de 351 personas fallecieron en 2018 a causa de los altos niveles de contaminación atmosférica.

VECINOS AFECTADOS

La contaminación puede afectar de múltiples formas a los vecinos del Eixample. Fina cuenta que tiene bronquitis crónica desde hace siete años y que está claro que "la polución no ayuda”. Y a Sònia Llinàs le preocupa el aire que respiran sus hijos a diario en la escuela La Concepció, ubicada en la esquina de la calle Bruc con Aragó. “Hay familias que han dejado de llevar a sus hijos a la escuela”, asegura.

Los vecinos del Eixample protestan por los altos niveles de contaminación / MA



Por su parte, Andreu Sentí ya ha llegado a plantearse marcharse a vivir fuera de Barcelona después de vivir durante 10 años en el distrito. Y Oscar García está harto de que la polución le llene "la nariz de mocos" y ahogarse mientras circula en bicicleta por la ciudad. “Te planteas no hacer deporte por Barcelona porque lo que ganas con el deporte lo pierdes respirando polución”, añade Sentí a la intervención de García.

PROPUESTAS

El 1 de enero de 2020 Barcelona pondrá en marcha la zona de bajas emisiones (ZBE), lo cual prohibirá la entrada a la ciudad a los turismos de gasolina matriculados antes de enero del 2000 y los automóviles diésel matriculados antes de enero del 2006. La restricción también implica a las furgonetas matriculadas antes del 1 de octubre de 1994 y a las motos y furgonetas matriculadas antes del 1 de octubre de 1994. Esta medida lleva al Ayuntamiento a cifrar que unos 50.000 vehículos contaminantes no podrán acceder a la capital catalana, pero para Eixample Respira esta medida no es suficiente.

Guille López en la protesta / METRÓPOLI ABIERTA



Guille López en la protesta / METRÓPOLI ABIERTA

“Nos preocupa que la ZBE no sea más ambiciosa. El objetivo de 50.000 vehículos lo alcanzó Berlín hace 10 años. Si combatir la contaminación es tan urgente, no entendemos por qué se plantean este tipo de objetivos”, apunta López, que al mismo tiempo señala que se deberían implantar “más modelos de transporte público” y promover más el uso de la bicicleta y el desplazarse caminando.

Los vecinos también tienen mucho que decir sobre las distintas medidas que se podrían implementar para combatir esta problemática. Fina cree que el Ayuntamiento y la Generalitat deberían ser más valientes, “eliminar un carril de todas las calles para convertirlo en un carril destinado a la circulación de bicicletas y motos eléctricas”. García apuesta por un transporte que conecte de forma más eficiente el área metropolitana y la ciudad y, así, evitar que a la gente “coja tanto el coche”. Y Sentí propone que se construyan parkings en las estaciones de tren o autobús de las afueras para que la gente haga un mayor uso del transporte público. Se acaben implantando unas medida u otras, lo importante es que hoy le vecinos se han unido en nombre del planeta y del bienestar de los ciudadanos de Barcelona.

Noticias relacionadas