La avenida Diagonal se ha convertido en una macroobra durante las últimas semanas. Desaparición de carriles para el tráfico rodado, vías dobles para la circulación de autobuses que tienen una difícil explicación o la ampliación de un colector que ha llegado en un momento poco oportuno para quienes se desplazan por la ciudad con frecuencia. Todo es posible en un "urbanismo táctico" dispuesto a fulminar al vehículo privado a cualquier precio.

Todas estas reformas cargadas de ideología tienen su oposición en la Plataforma Salvem la Diagonal, un colectivo que lucha contra el "destrozo", según explican, que la administración está haciendo de la avenida. Fundada en 2016 para defender a la vía barcelonesa, y realizando una actividad sin ánimo de lucro, rechazan la unión del tranvía por la Diagonal sin renunciar a un modelo de movilidad eléctrica para la ciudad que no pase por los raíles sobre la que el Gobierno municipal de Ada Colau no quiere oír ni hablar.

'URBANISMO TÁCTICO'

La plataforma es crítica con la particular transformación que se está llevando a cabo de la avenida Diagonal y, en general, del Eixample. "Están convirtiendo las calles en un caos pintado de amarillo", explican miembros del colectivo a Metrópoli Abierta.

En la misma línea, cargan contra el desproporcionado incremento de carriles bici que no deja de sucederse, así como con la eliminación de carriles para el vehículo privado que está provocando una situación de "colapso" en el centro de Barcelona. Explican, además, que esta afectación de la movilidad en el distrito tendrá otros actores perjudicados, como los comerciantes, que sufrirán un descenso en el número de "clientes" por la complicación que puede suponer llegar hasta el destino.

Implantación de un carril bus en Barcelona / AJ BCN



UNIÓN DEL TRANVÍA

La plataforma es firme defensora de evitar la unión del tranvía por la Diagonal, acción que califican como un "gravísimo error". En este sentido, lamentan que se producirá un "colapso constante que repercutirá en todo el Eixample", y recuerdan que no es lo mismo realizar limitaciones en calles como "Enric Granados o la Rambla de Cataluya que hacerlo en una de las avenidas que soportan la circulación de entrada y salida de la ciudad". Además, recuerdan que "un tranvía no es un taxi" y que su función es "acercar a la periferia con Barcelona", no atravesar la ciudad "brutalmente".

Mediante este posicionamiento, el colectivo no niega un futuro de "movilidad eléctrica" para la ciudad. Su apuesta pasa por la implantación de "autobuses eléctricos" que cubran el trayecto que realizarían los convoyes. Entre las razones por las que defienden esta alternativa, se encuentra la capacidad del bus para "resolver cualquier cambio de trazado", los "largos tramos" que existen entre paradas de tranvía y el elevado coste que supone la implantación de este transporte. Por ello, exigen la actualización de un planteamiento realizado "cuando el medio de transporte ecológico era el tranvía" para que vehículos no contaminantes de "TMB" eviten acabar de convertir a la Diagonal en un "crimen urbano".

La plataforma también apunta a una cuestión de intereses para justificar la unión del tranvía por la avenida, destacando que la materialización de este proyecto podría facilitar "15 o 20 años más de gestión" a la empresa concesionaria.

El tranvía, a su paso por la avenida Diagonal / ARCHIVO



COLAU, AUTORITARIA

El colectivo lamenta el autoritarismo de la alcaldesa ante esta cuestión. Colau y su gobierno no dan respuesta a esta preocupación, que se limitan a dar fe de haber recibido la petición. A principios de noviembre, el consistorio respondió que "remitía" esta cuestión a la "segunda tenencia de alcaldía", ocupada por Janet Sanz. La plataforma no cree que llegue contestación alguna, como en ocasiones anteriores.

Los miembros de la plataforma contrastan la actitud de Colau con la del exalcalde Jordi Hereu, quien en 2009 planteó una consulta sobre la unión del tranvía en la que la mayoría de votantes optaron por el "no" bajo el lema La Diagonal no es toca.

Seis años más tarde, la líder de los comunes en Barcelona anunció su intención de materializar la conexión como única opción posible. Para justificar su negativa, se respaldó en su programa electoral. 

Confluencia de la avenida Diagonal con la calle Muntaner, previamente a la supresión de un carril / JORDI SUBIRANA



NINGUNEADOS POR EL AYUNTAMIENTO

La plataforma se siente ninguneada por el Ayuntamiento, pero también por la oposición. Pese a enviar una "carta certificada con acuso de recibo" a todos los grupos municipales de la capital catalana advirtiendo los riesgos y consecuencias de juntar ambos tramos, no han obtenido respuesta alguna.

Aunque la realización del proyecto está cada vez más cerca, el colectivo se niega a ceder ante "una obra destructiva y ruïnosa", como califican a la unión del tranvía, así como ante la eliminación de carriles dedicados al tráfico y a la masiva implementación de carriles bici. Aseguran que continuarán adelante con sus reivindicaciones porque todavía están a tiempo de "salvar la Diagonal".

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