Una mítica discoteca del Eixample está a punto de reabrir en la calle de Diputació. Según ha podido saber Metrópoli, el propietario de la sala Tunnel Casanova abrirá un nuevo local en el antiguo establecimiento de la Sala Tango. A pesar de que el proyecto no está del todo definido, los rumores no han tardado en aparecer. Algunos explican que se trata de una discoteca latina, propiedad de la problemática sala Brisas Deluxe, ¿pero qué hay de cierto en todo esto?
La Sala Tango, propiedad del grupo Arena, cerró sus puertas durante la pandemia del coronavirus. Los clientes lo lamentaron, ya que era uno de los espacios LGTB de referencia en la capital catalana. Los vecinos, por su parte, lo celebraron: aseguraban generaba problemas de ruido e incivismo. Tres años más tarde, temen volver a revivir esta situación. Las fuentes vecinales consultadas por este medio aseguran que los dueños del local querían alquilarlo a la cadena de supermercados Lidl, pero que el gobierno de Colau lo denegó para "proteger al pequeño comercio".
LOS RUMORES VECINALES
Los vecinos de la Nova Esquerra del Eixample tenían la sospecha de que la discoteca Brisas se iba a instalar en su barrio. Así lo explica Jaime, vecino de la calle de Diputació con Calabria: "Los dueños de la antigua discoteca Brisas reabren en el local de la antigua Sala Tango de la calle de Diputació 94. Ya están haciendo obras y abren en breve. Nos hemos movilizado para frenarlo, pero sin éxito".
Metrópoli ha podido hablar con Francisco Marín, propietario de la discoteca que abrirá próximamente en la calle de Diputació y lo ha desmentido por completo. Ni tiene ningún tipo de relación con Brisas Deluxe ni será una discoteca latina al uso. Desde la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON) también desmienten los rumores. Confirman que en breves, en la antigua Sala Tango, se abrirá una discoteca, que nada tiene que ver con Brisas.
SOCIO DE LA DISCOTECA CANELA
Francisco Marín fue socio de la sala Canela de la Vila de Gràcia durante cinco años. Esta discoteca estuvo en el punto de mira, ya que algunos vecinos señalaban a sus clientes como autores de peleas y gritos a altas horas de la noche. Más tarde cambiaron de dueños y actualmente es la sala Draco. A pesar de las críticas de los residentes, Marín reitera que siempre ha tenido la voluntad de tener una convivencia pacífica y de buscar soluciones a posibles incidentes.
"Siempre colaborábamos con el Ayuntamiento. Cada dos semanas nos reuníamos con el distrito. La seguridad era buena. La convivencia con el vecindario la hemos tenido muy en cuenta. En la época de Canela vetamos muchas cosas para no generar problemas a los residentes de la calle, de la misma manera que lo hicimos con Tunnel Casanova", asegura.
UNA MANO NEGRA
Preguntado por los rumores de que su próxima apertura vuelva a ser una discoteca de ambiente latino y bachata, también lo desmiente. "Tenemos muchos frentes abiertos, pero ninguno definido". El proyecto se encuentra en una fase inicial y tampoco han definido el nombre. "Es una sala muy grande y tiene unas características completamente distintas a Canela. Nuestro objetivo es otro tipo de público", reitera Marín.
Marín cree que "hay una mano negra" que difunde los rumores que se han dicho respecto a su nueva discoteca. Asegura que cuando se sepa la fecha de apertura, hablará con el distrito, con los Mossos y con los vecinos para garantizar que no haya ningún tipo de problema. "Lo último que quiero es generar una mala imagen. Todas las cosas que estén en mi mano, las voy a controlar", concluye.