"Con la Iglesia hemos topado, que diría el Quijote". Los vecinos afectados por la façana de la Glòria de la Sagrada Família se preparan para resistir con uñas y dientes ante lo que podría suponer la pérdida de "sus casas, sus vidas y sus recuerdos".
Así lo ha explicado a Metrópoli el presidente de la plataforma de vecinos afectados por el templo expiatorio, Salvador Barroso, que recuerda que son más de 250 viviendas las que podrían perder su hogar. Denuncia, por otra parte, que el patronato del templo modernista no ha mostrado interés en sentarse a negociar. "Las relaciones han sido nulas, siempre se han negado a hablar. Solo tuvimos una reunión antes de la pandemia", comenta.
Por tanto, a pesar de la expresa intención de echar abajo las viviendas, no hay sobre la mesa una alternativa habitacional ni una indemnización por su domicilio para quienes lo perderán, un dato que, para el líder vecinal, ejemplifica a la perfección la actitud de un patronato que, cada año, "ingresa más de 100 millones de euros exentos de impuestos".
SOBERBIA
"Creen que están por encima del bien y del mal (...) están pecando de soberbia", añade, pues "buscan obtener todo sin renunciar a nada". La construcción de la façana implicaría echar a tierra varios bloques ubicados en la calle de Mallorca. Según los últimos anuncios emitidos por la organización del templo --y tras un nuevo retraso-- se espera que esté todo terminado en 2034.
Pero hay vecinos que ya vivían en el lugar antes de que se proyectara esta parte del templo. Incluso, "algunas de las viviendas estaban allí antes de que se colocara la primera piedra", asegura. Con todo, la lucha por la façana de la Glòria está lejos de concluir.
RECURSOS DESESTIMADOS
Sin embargo, los vecinos del barrio homólogo del Eixample se han llevado en el último año hasta tres jarros de agua fría en forma de recursos desestimados por la Justicia. "No hay ningún lado a nivel legal por el que seguir tirando", apuntan a este digital fuentes judiciales.
Pero los vecinos mantienen la esperanza y añaden un 'todavía' a esta cuestión. A pesar de las derrotas, "habría que analizar" el proyecto y avance de la construcción del templo, que podría abrir una ventana a nuevos procesos judiciales. "Todavía quedan vías por explorar", asegura Barroso.
ARBITRAJE CONSISTORIAL
En cualquier caso, "hoy por hoy la pelota está en el tejado del Ayuntamiento de Barcelona", considera, pues es el consistorio quien debe dar un permiso de que permita la construcción de la escalinata, el nártex y sus soportes. Esta estructura requiere además de una modificación del Plan General Metropolitano, apuntan las fuentes consultadas.
Sin embargo, el consistorio ni ha descartado ni ha dado luz verde al proyecto, lo que añade tensión entre los vecinos. El conflicto "es y ha sido siempre una patata caliente", por lo que, hasta la fecha, "lo han ignorado", lamenta el líder vecinal.
EL LEGADO DE GAUDÍ
La fachada de la Gloria entraña además un problema de autoría. Todas las maquetas elaboradas por el arquitecto de la basílica, Antoni Gaudí, se quemaron durante la Guerra Civil española, por lo que fueron sus discípulos quienes continuaron con su legado. La actual escalinata, por tanto, no es obra del artista modernista, "a pesar de que el patronato se lo adjudica por conveniencia", acusan.
De hecho, "hoy en día el templo parece Disneyland o un parque temático", critica, porque "nada tiene que ver la Façana del Naixement (obra de Gaudí) con la Façana de la Passió", cuya edificación es posterior a la muerte del arquitecto.
Así las cosas, los ciudadanos afectados por las futuras obras se mantienen esperanzados, están tranquilos, pero mantienen la guardia alta a la espera de hacer "todo lo que sea necesario para defender sus hogares" y esperan que el Ayuntamiento arbitre en el conflicto para llegar a una solución. "Llegaremos hasta las últimas consecuencias", concluyen.
DIÁLOGO
Preguntados por Metrópoli, desde el consistorio explican que su voluntad es la de "dialogar con los representantes del patronato, vecinos y otros representantes para trabajar la mejor propuesta de cara a la finalización de las obras teniendo en cuenta las necesidades de la ciudad".
"Se trata de definir un gran acuerdo que incorpore todas las miradas posibles y que suponga el mejor encaje del monumento en el barrio, con el plan urbanístico vigente y con un entorno con mucha presión turística", añaden. El objetivo, señalan, es establecer un punto de encuentro para una "situación muy compleja" en el que entran en juego "intereses legítimos pero, evidentemente, alejados".
El patronato del templo expiatorio no ha contestado a las preguntas formuladas por este medio.