El dueño del colmado 24 horas en la Casa Heribert Pons posee diez supermercados en Barcelona

Del esplendor modernista a una triste estampa de la degradación turística, la conversión de la Casa Heribert Pons de Rambla Catalunya en un colmado 24 horas ha causado estupor e indignación. Según ha podido saber este medio, el propietario del supermercado posee una decena de negocios semejantes en Barcelona, la mayor parte de ellos ubicados en el Eixample. Justo enfrente de la Casa Heribert Pons también dispone de otro colmado 24 horas, en el número 22 de la propia Rambla Catalunya.

El propietario, de origen asiático, posee un extraño entramado societario desde el que hace y deshace a su antojo en la capital catalana. Tanto es así que no solicitó la autorización pertinente para abrir el supermercado ni pidió permiso para hacer las obras en el interior del inmueble (necesarias, pues es un edificio protegido).

Tras viralizarse la apertura del colmado en redes sociales, un inspector del distrito del Eixample acudió al local este pasado martes por la mañana, y tramitó dos expedientes administrativos. Ambas actas pueden acarrear sanciones y podría suponer el precinto del local en los próximos días por los graves incumplimientos de la normativa municipal. Si no se ha cerrado ya el negocio es porque "una medida tan extrema" solamente se lleva a cabo cuando hay algún peligro de derrumbe o de orden público, explica el consistorio.

No se sabe a ciencia cierta cuántos miles de euros de alquiler paga el dueño del colmado a la propiedad, pero en Rambla Catalunya el precio del metro cuadrado es de 87 euros mensuales, según ha podido saber Metrópoli. Tomando como partida esta referencia, el supermercado pagaría más de 20.000 euros de alquiler cada mes. Y no es para menos: Rambla Catalunya, con un 96% de ocupación, es uno de los bulevares más cotizados de Europa.

Degradación del Eixample

El Pla General Metropolità (PGM) contempla que los elementos arquitectónicos y decorativos de los bajos de la Casa Heribert Pons deben presentar armonía visual con el resto de la fachada. Sorprende, pues, que el arrendatario haya instalado rótulos de color azul chillón en la entrada y una persiana de color negro.

Además de no haber obtenido las pertinentes licencias, el establecimiento también incumple otra serie de medidas, como no tener el precio de algunos de los productos o ignorar la lengua catalana en sus letreros, entre otras, que le podrían comportar más sanciones aún.

Del esplendor modernista a la Barcelona turística

La Casa Heribert Pons fue construida en 1907 por Alexandre Soler, en pleno esplendor de la Catalunya modernista. Del edificio destacan los detalles de los balcones –obra de Eusebi Arnau–, que son alegorías al arte, la pintura, la música, la literatura y la escultura. Su promotor, Heribert Pons Arola, era un empresario de Manresa que quería un edificio residencial que reflejara el fulgor de la época. El resultado fue una estructura impresionante, con una fachada que muestra una fuerte influencia del estilo Sezession de Viena.

Durante la década de 1930, la Casa Heribert Pons experimentó una significativa remodelación para adaptarse a su nuevo uso como edificio de oficinas. A pesar de los cambios internos, se conservaron el vestíbulo y la fachada original, con la intención de preservar aquella esencia modernista y vienesa. Hasta hoy, que es un colmado con souvenirs, imanes, maletas y latas de cerveza.