Una marcha sin color político aunque con representación del consistorio

La marea de solidaridad que inunda hoy sábado las calles de Barcelona no tiene color político. Solo la tiñe el azul de un mar que quiere convertirse en camino y no en frontera. Así lo han reivindicado organizadores y asistentes a la manifestación, que han remarcado la necesidad de unir voces para elevar un único clamo: acoger a las personas refugiadas y acabar con la cadena de excusas por parte de gobiernos y Unión Europea.

Por eso, tanto representantes políticos como institucionales se mezclan esta tarde con el grueso de manifestantes y no disponen de bloque propio ni mucho menos encabezan esta multitudinaria marcha. En el caso del consistorio barcelonés, todas las formaciones que tienen presencia –a excepción del PP- avanzaron que algunos de sus representantes asistirían a la convocatoria.  

Entre ellos, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que se dirigió a la ciudadanía a través de las redes sociales para pedir una asistencia masiva a la marcha. En declaraciones a los medios al inicio de la protesta, Colau ha expresado su deseo de convertir la ciudad en "la capital de la esperanza, de la defensa de los derechos humanos y de la paz".  El de esta esta tarde, "es un mensaje para los Estados de Europa", ha proferido la alcaldesa, que deben garantizar vías seguras para evitar las muertes de más personas migrantes.  

Colau ha reconocido que se sentía emocionada al ver la respuesta de los barceloneses y ha apuntado que esta marcha podría propagarse a otras de ciudades europeas que compartan la voluntad de abrir sus fronteras.   

De los 'comuns' en el consistorio asistirá también la concejala de EUiA Merche Vidal. Además, desde el PDeCAT se confirmó la presencia a la protesta del exalcalde Xavier Trias.