El grave problema de la contaminación atmosférica que sufre Barcelona es invisible para muchas personas, que solo se acuerdan de ella el día que avisan por la radio de que se ha activado la alerta preventiva por niveles demasiado altos de sustancias cuyos nombres pocos reconocen y casi ninguno sabe diferenciar. Óxidos de nitrógeno (NOx), partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), benzeno, ozono u óxidos de azufre (SOx) son algunos de los agentes contaminantes que causan cientos de muertes cada año en la ciudad, que por sus características es especialmente vulnerable.

“Barcelona es una ciudad con mucho tráfico, pero tiene dos problemas añadidos”, explica a Metrópoli Abierta la doctora María Jesús Cruz, investigadora del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR). “Está encajonada entre el mar y la montaña, que actúa como pantalla, y además tiene el puerto muy cerca del núcleo urbano, algo que no ocurre en otros sitios”. La combinación de estos elementos convierte a Barcelona en una ciudad muy contaminada que ha recibido numerosas advertencias de la Comisión Europea por superar los niveles de NOx.



Alrededor de 500.000 coches entran cada día en Barcelona, lo que convierte al tráfico rodado en la principal causa de la contaminación y, por lo tanto, de las enfermedades y muertes asociadas a los altos niveles de óxidos de nitrógeno y de partículas en suspensión que emiten. De hecho, se calcula que si estos niveles bajaran a los límites permitidos por la OMS y la Unión Europea se podrían salvar 650 vidas al año en Barcelona y 3.500 en el área metropolitana. Para ponerlo en contexto, los accidentes de tráfico provocan unas 130 muertes anuales en la provincia de Barcelona.

EFECTOS NOCIVOS PARA LA SALUD

De todas las sustancias contaminantes, las más perjudiciales para la salud son los óxidos de nitrógeno (que a largo plazo influyen en la aparición de enfermedades respiratorias crónicas y cerebrovasculares como el ictus) y las partículas en suspensión (que afectan al aparato respiratorio y al sistema cardiovascular). Según la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), el 68% de los barceloneses están expuestos a niveles anuales de NOx superiores a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud y en el caso de las PM10 el porcentaje crece hasta el 95%.

“Los efectos de la contaminación sobre la salud se pueden dividir en dos categorías: agravante de patologías existentes y causa de enfermedades”, señala Cruz. El primer apartado está demostrado y existe mucha literatura científica. “Los días de más contaminación hay picos de pacientes en las urgencias de los hospitales por episodios de asma y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)”. También ocurre lo mismo con las alergias, ya que las partículas en suspensión se unen con el polen y hacen que sea más alergénico.

Imagen de los niveles de contaminación en Barcelona / EFE

El 95% de los barceloneses está expuestos a niveles de contaminación superiores a los recomendados por la OMS / EFE 

En el caso de las causas de enfermedades, una de las más habituales es el asma. “Cada vez hay más estudios que relacionan el lugar de residencia con un incremento de las probabilidades de sufrir asma”, dice la doctora. Estos estudios suelen hacerse en niños porque es más fácil seguir la aparición de las patologías. También hay estudios que vinculan la exposición a la contaminación como un factor de riesgo para el cáncer de pulmón y en el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), en colaboración con otros centros, están comenzando a investigar la relación con el alzheimer, el ictus o el rechazo en los transplantes de pulmón.

¿QUÉ PUEDES HACER?

Paradójicamente, practicar deporte en las ciudades es una buena manera de contrarrestar los efectos negativos de la contaminación. Un estudio reciente en el que han participado la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) demuestra que los beneficios de hacer deporte son superiores a los perjuicios de la contaminación y numerosos expertos recomiendan el fomento de la actividad física para mejorar la salud de los habitantes de la ciudad. 

“Hacer deporte siempre es mejor que nada, pero es recomendable no hacerlo en horas punta y en zonas alejadas del tráfico”, matiza la doctora Cruz. Tanto la OMS como la ASPB recomiendan usar el transporte público, ir a pie y montar en bicicleta, siempre evitando calles con mucho tráfico. Otros consejos prácticos son ventilar la casa en horas de poco tráfico o circular con las ventanillas cerradas en zonas muy transitadas.

POLÍTICAS PÚBLICAS

La principal manera de mejorar la calidad del aire es a través de la acción política. El Ayuntamiento de Barcelona aprobó en noviembre del año pasado un programa de 58 medidas para frenar la contaminación en la ciudad acciones sobre la movilidad de los vehículos, la apuesta por el transporte público, el impulso de un nuevo modelo urbano y la reducción de emisiones de la industria y el puerto. Asimismo, el consistorio ha puesto en marcha una página web para que los ciudadanos puedan saber el estado de la contaminación en Barcelona en tiempo real.

Una de las medidas que ha generado más controversia ha sido la restricción de la circulación de los vehículos más contaminantes, que se implantará de forma progresiva. A final de año los coches de gasolina anteriores al 2000 y los diésel anteriores al 2006 que no dispongan de la etiqueta ambiental que concede la DGT no podrán entrar en Barcelona. A partir de 2020 esta restricción será permanente y en 2025 se extenderá a otros municipios del área metropolitana.

 

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