Dormir en la calle es muy jodido y difícil de imaginar si no has vivido la experiencia. Hablar con una persona que sí lo ha sufrido te abre los ojos en muchas direcciones. La teniente de alcalde Laia Ortiz recriminó recientemente a Turisme de Barcelona por publicitar, en su portal, las rutas por Barcelona que ofrece Hidden City Tours, una compañía cuyos guías son sintecho o lo han sido.

Entre las rutas que ofrece esta compañía hay una que muestra el día a día de un sintecho en el Raval y hemos querido conocer cómo es. Tras contratar el servicio con un día de antelación, Juan, uno de los dos guías que actualmente trabaja para la empresa, nos espera en la puerta del Liceo, donde empieza el tour.

Antes de iniciar el recorrido, Juan, de origen gaditano pero criado en Alemania, nos explica las causas por las que se quedó en la calle y durante la ruta va contando anécdotas, la mayoría vinculadas a las adicciones que ha padecido, que perpetuaron su condición de sintecho.

INICIO EN EL GÓTICO

La primera parada del tour es en el Jardín de la casa Ignacio de Puig, un espacio vegetal y cerrado en medio del Gótico que, aunque es de acceso público, permanece oculto a la mayoría de los barceloneses. Allí durmió durante un tiempo y recuerda que los trabajadores del hotel contiguo, el Petit Palace Boqueria Garden, le ayudaban con algún café o comida. “Aquí había bancos -que ya no están- y podíamos dormir tranquilamente en ellos. Nadie venía a molestarnos”, cuenta. Su discreción le permitió alargar el periodo en el que descansaba en ese espacio.

Jardines de la Casa Ignacio de Puig / A. M.



A continuación, Juan nos dirige a la Plaza Real, donde los negocios han cambiado mucho en los últimos 10 años. Locales que antiguamente tenían zonas reservadas para el consumo de cocaína son ahora restaurantes o discotecas enfocadas al turismo.

En la colindante calle del Vidre también durmió unos días, cuando dos hileras de basuras se amontonaban en las paredes, pero la inseguridad del lugar le obligó a buscarse rápido otro lugar para pasar las noches. Recuerda que alguna vez se despertó sin el bolsillo donde guardaba la cartera. Casi le roban hasta los pantalones, rememora entre risas.

LUGARES PELIGROSOS

La calle del Vidre acaba en Escudellers, que Juan define como la vía más peligrosa de la ciudad cuando dormía en la calle. Siguiendo el recorrido, llegamos a la esquina de Nou de San Francesc con Josep Pijuan, donde se derribó un edificio en ruinas en cuyo último piso se vendían drogas. No había escaleras, y los compradores tenían que subir haciendo equilibrios con las barandillas. El guía nos explica que no entiende como no ocurrió nunca ninguna desgracia en ese edificio, siendo que mucha gente subía y bajaba perjudicada por los efectos de la droga.

La siguiente parada es en la plaza del Teatre, donde enumera los problemas de dormir en un cajero. Según cuenta, algunas sucursales avisan por megafonía continuamente que allí no se puede dormir, especialmente en los barrios más céntricos de Barcelona.

Juan, que no para de saludar a transeúntes y que explica toda la ruta en un tono distendido, entre risas y anécdotas, muestra delante de la narcosala Baluard, que pronto se trasladará de las Drasanes Reials de Barcelona a la avenida Drassanes 13, dos tipos diferentes de jeringuillas y la cuchara en la que se prepara la cocaína para inyectar, advirtiendo de la facilidad con la que se puede contraer hepatitis, aunque no se comparta jeringuilla.

Jeringuillas y cuchara para consumir droga / P. A.



La parte final de la ruta consiste en un repaso por los diferentes lugares en los que un sintecho puede conseguir comida de forma gratuita. Según Juan, “si no comes es porque no quieres”, porque señala que hay varios sitios en los que ofrecen alimento. El problema es que en la mayoría de sitios exigen que no se acuda bajo los efectos de las drogas o el alcohol, para evitar problemas. También señala que, aunque todas las asociaciones tienen sus pegas o defectos, si de verdad quieres que te ayuden, se implican de verdad.

COMEDORES SOCIALES

Desde la fundación Arrels, una de las más conocidas de Barcelona, donde se queja que no te ayudan si no entras dentro de su target, aunque reconoce que ha utilizado sus instalaciones para conectarse a internet o hacer manualidades; al Chiringuito de Dios, un local donde se da de comer a los necesitados y en el que caben 16 personas, el cual conoce bien porque Juan ha trabajado durante muchos años a cambio de comida y techo; para acabar en el Comedor Reina de la Paz, uno de los más grandes de España, donde más de 400 personas pueden juntarse para comer. En este último, destaca la conflictividad que hay entre los usuarios, pues muchos acuden bebidos o drogados.

Juan está agradecido a su jefa, de la que destaca que confiara en él pese a conocer toda su historia. Antes cobraba en función del número de clientes y ahora lo hace por horas. Sabe que no saldrá de la situación de precariedad en la que vive con este trabajo, pero está contento y se nota que disfruta mientras encuentra algo más. Además, explica que no se ve capaz de trabajar ocho horas al día cinco días a la semana. Lo único que no le gusta de su trabajo es que se publiciten los tours como rutas con guías sintecho.

Puerta del chiringuito de Dios / A. M.



Señala que ahora mismo son dos guías y que en el pasado han habido otros que se han presentado al trabajo “muy borrachos y tuvo que echarlos” -cuenta en referencia a su jefa-, pues “no podían dar la ruta en esas condiciones”.

Respecto a los clientes de la ruta que nos enseña, Juan destaca que son turistas de todo tipo. “Algunos buscan conocer mejor la vida de los sintecho, pero otros están interesados en la historia, en saber cómo era antes Barcelona”. En la página de Trypadvisor la mayoría de críticas son positivas y la empresa, Hidden City Tours, aparece en el puesto 30 de 551 tours. También destaca el premio que recibieron en 2016 a la ruta más innovadora, en los galardones otorgados por Seatrade Cruise.

El idea no es original y surge como imitación de Unseen Tours, que en Londres hace lo mismo. Según ha declarado a Metrópoli Abierta Lisa, la propietaria de la empresa, Hidden City Tours es un "proyecto de inserción laboral de corto/medio plazo" con la intención de "crear empleo de muy pocas horas para hacer el primer paso de calle/albergue (y de no haber trabajado durante años en algunos casos) al mundo laboral". Además, añade que "al ser contratos de pocas horas permite que los guias que cobren PIRMI o RAI podrán seguir con las ayudas del estado mientras empiezan su inserción poco a poco". 

Noticias relacionadas