El Ayuntamiento de Barcelona ya ha desactivado la fase de alerta del protocolo por oleada de calor, que fue activada el pasado viernes 4 de agosto. Siguiendo los procedimientos que establece el protocolo, durante estos días se ha puesto en marcha un operativo específico dirigido a los colectivos más vulnerables.
El dispositivo de profesionales, coordinado por el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), ha salido a la calle en las franjas de más calor para repartir agua y ofrecer consejos a la ciudadanía sobre como prevenir los riesgos de las altas temperaturas. En total se ha contactado con 140 personas. Durante la fase de alerta no ha habido ninguna incidencia destacable y no ha habido que pedir la colaboración del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) ni de los agentes de la Guardia Urbana.
ENTREGAS DE COMIDA A DOMICILIO
El consistorio también se ha encrgado de vigilar de cerca a otros colectivos que podrían considerarse frágiles ante esta situación de altas temperaturas. Por ello, en los casos que se ha podido considerar conveniente, se ha contemplado la entrega de comida a domicilio para que algunos vecinos no tuviesen que salir a la calle, la entrega de ventiladores o la atención personalizada en los propios hogares. Por otro lado, el Ayuntamiento facilita la estancia prolongada en centros climatizados como ‘casals’ y centros de día para personas mayores o discapacitados.
Los ciudadanos que tengan alguna duda o consulta al respecto puede contactar con los servicios municipales a través del teléfono 900 70 30 30, pero también es importante seguir las recomendaciones del consistorio para superar las altas temperaturas sin que la salud corra ningún riesgo.
A pesar que el termómetro ha dado un descanso, todavía es importante tener en cuenta que:
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La hidratación es fundamental. Hay que beber mucha agua y zumos de fruta para evitar los golpes de calor.
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Hay que evitar las bebidas alcohólicas por los efectos de deshidratación que provocan en el cuerpo.
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Las comidas muy calientes y copiosas que puedan aportar demasiadas calorías pueden ser perjudiciales.
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Hay que visitar, por lo menos, una vez al día a las personas mayores que viven solas o están enfermas y consultar a su médico si la medicación puede influir en la termoregulación y si, por lo tanto, se debe ajustar o modificar.
En casa:
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Bajar las persianas durante el día para evitar que se caliente el hogar.
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Abrir las ventas durante la noche para facilitar la ventilación.
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Utilizar algún tipo de climatización que refresque el ambiente ya sea con aparatos de aire acondicionado, ventiladores o abanicos. También se recomienda acudir a espacios climatizados como bibliotecas o centros públicos.
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Refrescarse con duchas o toallas húmedas.
En la calle:
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Proteger la cabeza del exceso de calor. Es importante llevar gorras, sombreros o, incluso, paraguas.
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Vestir con ropa ligera como el algodón y colores claros.
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Caminar por la sombra para evitar el contacto directo con el sol.
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No salir de casa sin agua para ir refrescándose durante el camino.
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Limitar el ejercicio físico o evitar salir de casa en las horas de más calor.
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Refrescarse la cara e, incluso, la ropa.