De la ilusión a la decepción en los centros electorales. Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil se han desplegado por el territorio catalán y han empezado a entrar en colegios electorales, donde la resistencia pacífica no ha evitado que los policías requisaran las urnas.

Los agentes de los cuerpos de seguridad del estado han empezado a salir de los barcos del puerto de Barcelona donde se hospedaban sobre las cinco de la mañana. A la misma hora empezaban a llegar ciudadanos a los centros de votación para intentar proteger los locales y permitir la votación.

El portavoz del Govern, Jordi Turull, ha anunciado en rueda de prensa pasadas las 8 de la mañana que se permitiría la votación en cualquier colegio electoral, mediante un censo universal. También ha señalado que no eran necesarios los sobres, ante la falta de ellos por las incautaciones policiales.

Decenas, en algunos casos centenares, de personas se han movilizado en las puertas de los colegios, a los que han empezado a llegar las urnas pocos minutos antes de las 9 de la mañana. Patrullas de los Mossos d'Esquadra se han personado en los centros y han levantado acta ante la concurrencia en los mismos, sin llegar a intervenir.

Ante la pasividad de los Mossos, a los que el delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Milló, ha acusado de “primar una decisión política”, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Urbana han empezado a personarse en los centros de votación pasadas las 9 de la mañana, provocándose momentos de tensión.

Los agentes se han llevado las urnas, en las que en algunos casos y había papeletas introducidas por los primeros votantes, que ya no podrán volver a votar. También han cortado la conexión a Internet en algunos centros, como Cotxeres de Sants, impidiendo de esta manera que se pudiera consultar el censo electoral y, en consecuencia, que la gente pudiera votar.

Los agentes han realizado acciones de fuerza en algún centro donde han encontrado resistencia, como en la escuela de la Mediterrània de la Barceloneta.

En la escuela Ramon Llull, en el centro de Barcelona, es uno de los lugares donde más tensión se ha producido. Los agentes han cargado contra los ciudadanos que se habían sentado en la calle para evitar que pudieran abandonar el lugar. En estas cargas han disparado pelotas de goma, una de las cuales ha impactado en la cara de un joven al que se han llevado en ambulancia al hospital con la cara ensangrentada.

 

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