Aigües de Barcelona repartirá 20.000 papeleras para sensibilizar y combatir el vertido de toallitas en el váter. La iniciativa es una de las acciones Stop tovalloletes al vàter, que impulsa la empresa para concienciar a la ciudadanía y obtener resultados medibles sobre la reducción de averías que el mal uso de este producto causa en la red de saneamiento.
La campaña empezará el 20 de noviembre y se llevará a cabo en los municipios cuyas aguas residuales van a la depuradora del Besòs. Tendrá lugar en Badalona, Santa Coloma de Gramenet y, en el caso de Barcelona, en los distritos de Sant Martí y de Sant Andreu.
En Barcelona, hay previstas acciones en los mercados de Sant Martí de Provençals (día 22 de noviembre) y en el mercadillo de Sant Andreu de la plaza de Orfila (día 30 de noviembre), donde se llevarán a cabo distintas acciones de sensibilización y reparto de material.
PROBLEMA GRAVE
El vertido de toallitas en el váter genera importantes problemas en las depuradoras y en la operativa de Aigües de Barcelona. De hecho, el 46% de las emergencias registradas por la compañía en 2015 tenían relación con estas toallitas.
Otro dato que demuestra la magnitud del problema es que en 2014 se virtieron en los váteres de los 36 municipios del área metropolitana más de 4,4 millones de residuos. Esto se traduce en 1,4 kilos por habitante.
Además, 8 de cada 10 servicios de limpieza de cañerías por embozos se deben a las toallitas. Este tipo de reparaciones cuestan un mínimo de 300 euros a las comunidades de vecinos.
Las toallitas húmedas están hechas con fibras muy resistentes, a pesar de que en el envase se diga que son biodegradables. Tardan mucho tiempo en deshacerse y se mezclan con otro tipo de residuos que tampoco se tienen que tirar en el váter, como tampones, cigarrillos, bastoncillos de algodón o compresas. Provocan importantes averías en las instalaciones de saneamiento, como son las estaciones depuradoras.
Esta campaña se pone en marcha después de la que se hizo el año pasado en los cinco municipios --Sant Boi de Llobregat, Gavà, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y Castelldefels-- cuyas aguas residuales van a la depuradora de Gava-Viladecans. La iniciativa permitió reducir un 2,5% los residuos que llegaban a la depuradora. De 265,22 toneladas de residuos, los nueve primeros meses del 2016, a 243,64 toneladas, entre enero y septiembre de este año.