Junqueras, los exconsellers y los Jordis se comprometen a respetar la legalidad

El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, los exconsellers del Govern y los líderes de la ANC y de Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, han declarado ante el Tribunal Supremo en un nuevo intento de lograr que la justicia les conceda la libertad.

Según han señalado fuentes próximas a los abogados de la defensa, todos ellos se han comprometido a acatar la aplicación del artículo 155 y se han comprometido a desarrollar su actividad política dentro de los cauces de la Constitución.

El abogado Jordi Pina, que representa a los exconsellers Josep Rull y Jordi Turull y a Jordi Sánchez, ha asegurado que “desde el momento en que todos han decidido concurrir a unas elecciones democráticas es obvio que se está aceptando la situación creada tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución”.

Pese a ello, los declarantes tendrán que esperar por lo menos hasta el lunes para saber si el juez Pablo Llanera, que es el que les ha tomado declaración, les deja en libertad. Por si acaso, tanto el PDeCAT como ERC ya tiene la cantidad necesaria para hacer frente de las posibles fianzas que les exija el juez.

JUNQUERAS, EL PRIMERO

Las declaraciones de todos ellos han durado un total de cuarto horas. Ha comenzado el exvicepresidente Junqueras, alrededor de las diez de la mañana. Le han seguido, por este orden, Raül Romeva, Carles Mundó, Dolores Bassa, Joaquin Forn, Meritxell Borrás y Josep Rull. Jordi Turull. Los últimos han sido Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

Según han reconocido fuentes conocedoras del caso, prácticamente todo ellos han respondido a la mayoría de las preguntas del fiscal y tan solo Oriol Junqueras y Raül Romeva se han negado a responder a las de las acusaciones particulares.

MANTIENE SU PETICIÓN

Una vez concluida las declaraciones, la fiscalía se ha mantenido firme en su petición de que todos los acusados permanezcan en prisión incondicional ya que considera que los hechos investigados son de enorme gravedad y que, según su opinión, persisten los riesgos de una figa o de la destrucción de pruebas.