#LaREAnoCAU. Es el hashtag que había popularizado el movimiento de la Residencia de Estudiantes Autogestionada (REA) contra el desalojo. Este lunes el hashtag y la REA han caído. A las 8 de la mañana, la Guàrdia Urbana ha desalojado por orden judicial el edificio ubicado en el Raval (pasaje de Sant Bernat), que ya había sido desalojado el 1 de diciembre, pero fue okupado de nuevo por otro grupo de personas, cercanas al movimiento universitario, que querían usarlo como residencia.
Después del desalojo, aproximadamente 20 personas han cortado a las 9 de la mañana durante unos minutos la Gran Via frente al edificio histórico de la Universitat de Barcelona en protesta por el desalojo que, en todo caso, se ha realizado de forma pacífica. Los Mossos d'Esquadra han trasladado más de una docena de furgonetas antidisturbios que han tomado toda la ronda de Sant Antoni.
La formación CUP Barcelona ha mostrado su apoyo a los miembros de la REA mediante su cuenta de Twitter.
Durante la noche del domingo los ocupantes del edificio municipal habían llevado a cabo una “fiesta de pijamas” y un “desayuno solidario” como forma de oposición al desalojo del que ya tenían conocimiento. Es por eso que pidieron que acudiera la máxima cantidad de personas posible.
Tras el esperado desalojo, los miembros de la REA han asegurado en un tuit que la actuación de la Guàrdia Urbana podría comportar riesgos para las personas que permanecen en su interior.
ACTUACIÓN DEL AYUNTAMIENTO
Gala Pin, concejal del distrito de Ciutat Vella, explicó en las redes sociales en diciembre que se llevaron a cabo los estudios técnicos, y que concluyeron que las condiciones del edificio comportaban riesgo para las personas, por lo que se pidió a los okupas que lo abandonaran. Ante la negativa, se inició el proceso de desalojo tras varias reuniones.
Pin señaló en su escrito que los desalojos deben ser el último recurso en caso de okupaciones reivindicativas, y recordó que ella misma usó las okupaciones como una herramienta para criticar la especulación.
El edificio municipal llevaba cerca de una década vacío y el consistorio de Ada Colau decidió destinarlo a una escuela de músicos. El edificio se okupó y optó por permitirlo bajo ciertas condiciones hasta que se tuvieran que iniciar las obras. Después de nuevos estudios técnicos de la situación arquitectónica del inmueble, concluyeron que, tal y como está, "no puede ser utilizado como pública concurrencia, así como que tiene un riesgo evidente para las personas que hacen un uso cotidiano" del mismo.