Este jueves puede ser un gran día para la Asociación de Vecinos de la Sagrada Familia. En realidad, para todas las AAVV que están directamente implicadas en el tema del espacio público y, específicamente, en el de las terrazas. El jueves, a las 7 de la tarde, en la sede de la Federació d'Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona, está prevista una macrorreunión de todas ellas para evaluar cómo está funcionando la campaña de recogida de firmas, necesarias y obligatorias para conseguir que el pleno del Ajuntament de Barcelona se vea impelido a oír sus quejas.

“Necesitamos 15.000 para que eso sea factible”, explica Joan Itxaso, responsable de Urbanismo, Movilidad y Medio Ambiente de la AAVV de la Sagrada Familia. "Empezamos a recogerlas el 24 de enero y lo seguiremos haciendo hasta el 19 de marzo, aunque esperamos ya estar a punto el 15”.

Las firmas se recogen de la manera más fácil y directa que uno pretenda: se monta una mesa plegable, se exponen carteles y pasquines alegóricos, se pide al personal paseante que se retrate en una hoja de papel haciendo constar los datos básicos de todo barcelonés. Eso es todo.

El que visitamos, en el que encontramos a Itxaso junto a dos compañeros, está justo al lado del punto verde que linda con la calle Nápoles. Alrededor, muchos jubilados que hoy, mañana sin sol y fría, se reparten entre leer el diario gratuito del día, jugar al ajedrez o darle a la petanca.

El folleto que Itxaso y los suyos ofrecen al transeúnte lleva por título 'Vivim les Places. Per una ordenació veïnal de terrasses' . A todas las asociaciones vecinales les preocupa cada vez más que el espacio público se recorte por culpa de las terrazas de los bares/restaurantes, que han proliferado exponencialmente desde que Barcelona se convirtió en una de las ciudades más visitadas del mundo.

“No queremos ningún conflicto con los restauradores; al contrario, lo que defendemos es alcanzar una acuerdo satisfactorio para ambas partes que regule adecuadamente la utilización del espacio publico de nuestra ciudad”, dice Itxaso. “La ordenanza de terrazas tiene que aplicarse bien y no permitir abusos. 'Convivamos en paz' es nuestro mensaje”.

En principio, la normativa de terrazas había de regular el equilibrio en los usos del espacio público, garantizando la movilidad y el derecho de las personas a disfrutar de espacios de calidad. El motivo de que las AAVV se hayan vuelto a poner en plan reivindicativo, hasta sacar estas mesas pro-firma a la calle, es que consideran que es injusta la normativa pactada en su momento entre el Ajuntament de Barcelona y el Gremi de Restauració, calificada de 'singular', ya que ignora la voz del vecindario y de las entidades sociales.

SUSPENSION CAUTELAR

El pasado 16 de enero, el Juzgado contencioso-administrativo nº4 de Barcelona suspendió cautelarmente la ejecución de dicha 'ordenación singular 'de terrazas del entorno de la Sagrada Familia, medida solicitada por el Gremi de Restauració hasta que terminase el proceso judicial.

El gremio se ofreció a pactar con el Ayuntamiento una nueva 'ordenación singular' que preservase las actuales terrazas y, a la vez, tuviese en cuenta las restricciones de tráfico que se han adoptado últimamente en el entorno del templo (calles de La Marina y de Sardenya).

El auto, contra el que el Ayuntamiento podía interponer un recurso y que afectaba a titulares de nueve terrazas, llegaba un mes después de que la alcaldesa Ada Colau y el Gremi firmasen la paz por el conflicto de las terrazas y el consistorio aceptara tramtar una normativa más flexible.

Esta es la mesa de la AAVV de Sagrada Familia donde se piden las firmas / MIKI



PACTO BILATERAL

Las AAVV, y especialmente las que tienen el problema de la superpoblación turística, como es el caso de la Sagrada Familia, consideran que Ajuntament y Gremi han pactado bilateralmente cambios a la normativa vigente de terrazas. “Excluyen a la ciudadania y se ignoran las propuestas del Manifiesto que firmamos en su día”, expone Ricardo Huélamo, un veterano activista de la vocalía de urbanismo y vivienda de la citada AAVV.

Dicho manifiesto lo firmaron conjuntamente, y la hicieron pública, entre otros, la FAVB, la ABTS (Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible), la ACIC (Associació Catalana per la Integració del Cec, la Plataforma Carrers per a Tothom y la Federació ECOM.

“En el Manifiesto expresábamos que la ordenanza de terrazas priorizase el interés general y no la de los 'lobbies' que presionen para privatizar espacios en su beneficio propio”, dice Huélamo, mientras unos turistas orientales (¿chinos, coreanos, japoneses?) se aprestan a plasmar su primera foto del Templo nada más salir de su taxi. “La ordenación que queremos ha de preservar el espacio público como un espacio de convivencia y de cohesión social. Ha de regular su uso de forma equilibrada, garantizando, en primer lugar, el derecho de los ciudadanos a gozar de unos espacios de cualidad y el encaje en un proyecto de ciudad inclusiva y sostenible”.

Y, bueno, para que todo esto que proponen las asociaciones de vecinos de Barcelona pueda llevarse a un pleno municipal es necesario sumar 15.000 firmas de ciudadanos barceloneses. Por eso ahí están cada día, llueva o truene, para conseguirlas. Y este jueves, a las 19:00, en el local de la FAVB, hablarán de las terrazas.

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