La disputa independentista está tensionando las costuras de Podemos en Catalunya. Las elecciones internas a la dirección del partido han dejado en evidencia el difícil equilibrio en el seno del partido morado, que navega entre dos aguas: por un lado, ha de prestar atención a su vertiente de izquierdas y ofrecer propuestas alternativas; por otro, desde algunos sectores se presiona para que los podemitas se impliquen directamente en la pugna independentista y tomen partido engrosando el frente soberanista junto a JxCat, ERC y la CUP.
El conflicto independentista es uno de los puntos de fricción que tiene Podemos en Catalunya, ya que el partido ha de apostar por los temas sociales pero teme que si se opone a la independencia pueda perder un segmento importante de votantes que provienen de las filas soberanistas. Aún así, una de las fuentes consultadas por Metrópoli Abierta sobre este tema subraya que “en la última legislatura se puso el acento demasiado en los temas identitarios y así nos fue en las elecciones: perdimos casi la mitad de los diputados. El votante de Podemos lo que espera es justicia social y arrincona el tema identitario, por lo que hemos de apostar por nuestras propuestas. Además, el consejo de Barcelona está dividido al 50% en el tema del independentismo y se ha provocado una crisis sólo porque una parte intenta que entremos en un terreno identitario que no forma parte de nuestro ideario”.
Los últimos acontecimientos han vuelto a poner en el disparadero al grupo parlamentario de Catalunya En Comú Podem, que preside Xavier Domènech: los encarcelamientos de los exconsellers del último Govern de la Generalitat y la detención del expresident Carles Puigdemont, facilitaron una nueva foto del “frente soberanista”, formado por JxCAT, ERC y la CUP. En este frente, Domènech se sumó para denunciar la ofensiva recentralizadora del Gobierno central, pero paralelamente mantuvo su promesa de no investir a ningún candidato de Junts per Catalunya (JxCAT), una lista muy alejada ideológicamente de los postulados podemitas.
EVITAR LA UNILATERALIDAD
La foto del pasado sábado de Elsa Artadi (JxCAT), Sergi Sabrià (ERC), Carles Riera (CUP) y el propio Domènech junto a la del presidente del Parlamento, Roger Torrent (cuando éste pronunció un discurso institucional condenando los autos de encarcelamiento de los consejeros) era la reedición de las instantáneas de la anterior legislatura, cuando Albano Dante Fachín se alineaba claramente a favor de la unilateralidad y de la ruptura con España. Y esa es, precisamente, la vinculación que Domènech quiere evitar: el nuevo Podemos pilotado por Domènech trata de evitar la ruptura, la unilateralidad y la tensión identitaria.
El próximo miércoles, los candidatos a secretario general mantendrán un debate a celebrar en la Sala Bostik, en La Sagrera, previo a las elecciones que se celebrarán entre el 5 y el 9 de abril, cuando se escogerán, además del secretario general, a los miembros del nuevo Consejo Ciudadano Autonómico (máximo órgano de dirección) y la Comisión de Garantías. Allí se verán las caras el actual líder de Catalunya En Comú-Podem, Xavier Domènech, la senadora de En Comú Podem Celia Cánovas, la exdirigente de Podem Noelia Bail y los militantes Cristian Medrano, Merche Gil y Guillermo Álvarez.
RECUPERAR LA CALLE
Cánovas había impugnado la candidatura de Domènech, alegando que vulneraba el régimen de incompatibilidades, puesto que tiene cargo directivo en Catalunya en Comú y en Podemos, dos partidos que, jurídicamente, son distintos. Esa circunstancia podría, según la senadora, confundir al electorado, ya que el ciudadano no sabría nunca en nombre de qué partido habla. Pero la dirección nacional de la formación dio la razón al actual líder podemita en el Parlament.
Xavier Domènech compite con una lista que lleva por lema “Amb tú, més Podem”, en la que ha aglutinado a destacados dirigentes ‘históricos’, como Jessica Albiach o Rosa Cañadell, mientras que la de Cánovas se presenta con el lema “A les places, Podem”. La candidatura de Domènech imprime a sus mensajes una fuerte carga social y apuesta por un acción conjunta institucional pero también de movilización en la calle. “Cuando había movilización en la calle, conseguimos ilusionar y conseguir más de 70 diputados. Cuando dejamos la calle, tuvimos problemas”, reconocían sus impulsores este mismo martes en la presentación de su candidatura. Y subrayaban que “el momento social y político es clave. Vemos el resurgir de luchas y de movilizaciones. Es un desborde necesario para luchar contra la ola autoritaria que vivimos”.
GOBIERNO DE CONCENTRACIÓN
Bail, que había estado vinculada a la anterior dirección que lideraba Albano Dante Fachín, encabeza la corriente Som Podem Catalunya y aboga por ”plantearnos cuál es la función de nuestra organización política en el contexto actual, en el que la acción institucional ha pasado a ser parte de nuestra dinámica”. En su manifiesto fundacional, esta corriente recuerda que “el verdadero relato que puede marcar la diferencia en la acción política diaria no se llena de la épica parlamentaria o de los debates televisivos. La épica es el trabajo en las luchas diarias que realizan las personas corrientes, personas que, además, toman la decisión de dedicar su tiempo a las bases de una organización”. Quiere construir una organización que “vehicule su lucha por los derechos sociales dentro y fuera de las instituciones”.
Esta candidatura propone un Gobierno de concentración en Catalunya para protestar contra la “escalada de violencia ejercida contra el pueblo de Catalunya en todas sus formas” y “cambiar las dinámicas de la gestión política que se han dado hasta ahora desde el régimen del 78”. Entre las medidas que propone para que adopte ese gobierno de concentración, se encuentra destinar todas las viviendas de titularidad públicas a alquiler social y “el compromiso de no desahuciar sin alternativa a usuarios de la vivienda pública”, dar competencias sancionadoras a los ayuntamientos en materia de vivienda, aumentar el presupuesto en educación hasta el 6% del PIB, reducción de las tasas universitarias, reversión de las privatizaciones en sanidad, aplicación de la renta garantizada ciudadana o el compromiso de no renovar las concesiones de las autopistas AP7, AP2, C-32 y C-33 en el 2019. Es, en definitiva, una lista con regusto a Albano Dante Fachín y a sus propuestas minimalistas de la anterior legislatura.