Caminamos sin fijarnos en ellas. ¡Pero ahí están!
Solo en Barcelona hay más de 1800 fuentes públicas. ¿Lo sabías? Unas 600 son de agua potable, mientras que unas 200 son solo ornamentales.
Algunas como la de Canaletas –donde el Barça celebra sus triunfos– o la Fuente Mágica de Montjuïc se han convertido en un emblema de la ciudad. Como si de la Fontana di Trevi se trataran, centenares de turistas se hacen fotos a diario junto a ellas.
Sin embargo, hay algunas escondidas en parques de la ciudad y otras camufladas en el paisaje urbanístico. Sí, entre edificio y edificio hay fuentes cargadas de historia. ¡Y de agua! En Metrópoli Abierta seleccionamos algunas que nos parecen increíbles y tienen su particular toque mágico.
Fuente de Santa Anna
Empezamos por esta fuente ubicada en la calle de la Cucurulla, 6 (Gòtic) porque se trata de la más antigua de Barcelona. La fuente de Santa Anna se construyó en 1356 y ahí sigue: anclada al edificio del Reial Centre Artístic presenciando la evolución de la ciudad con más de siete siglos de vida.
Fuente del Cuento
Esta fuente, ubicada en el parque del Guinardó, data de 1929. Durante sus primeros años se convirtió en un punto de encuentro donde se contaban historias. Algunos defienden que el nombre proviene de los cuentos que se contaban mientras se llenaba el cántaro de agua. Otros dicen que surge de los “juegos amorosos” de las parejas escondidas en los rincones del parque. Hoy en día la fuente se encuentra en mal estado de conservación y los vecinos exigen una limpieza para recuperar ese espacio.
Fuente de la Ninfa Egeria en el Laberinto de Horta
Esta es una de la muchas fuentes que se ubican en el Laberinto de Horta, un pulmón verde lleno de encanto. El paseo por el parque público se convierte en toda una experiencia religiosa amenizada por las varias fuentes con reminiscencia mitológica que se encuentran en el espacio. Una de ellas es la de la Ninfa Egeria.
La Font d'en Fargues
Cerca de ahí encuentra la Font d'en Fargues, un emblema que dio nombre al barrio que se encuentra en el distrito de Horta-Guinardó. Se decía que la fuente tenía mucha calidad y propiedades y alrededor de ella se celebraban grandes fiestas.
La Font del Gat
Cuenta la leyenda que esta fuente situada en la montaña de Montjuïc fue descubierta por un gato en 1885. Siguiendo con la historia, más adelante, en 1918, Joan Antoni Homs esculpió la fuente con una cabeza de gato dentro de una arcada construida con piedra tosca. Quizá no conozcas la fuente en persona, pero seguro que te suena la canción infantil catalana que lleva por título, justamente, Baixant de la Font del Gat. O incluso el restaurante que se llama también La Font del Gat y se encuentra en un edificio novecentista que diseñó Josep Puig i Cadafalch.
Fuente de Travessera
En el corazón de Gràcia, en Travessera, está escondida esta fuente que se construyó en 1844 por orden del consistorio para poner fin a los problemas de abastecimiento de agua que sufría el barrio. Miles de ciudadanos pasan por enfrente de ella sin fijarse. Aunque un cartel indica lo que es: una fuente pública que aún hoy brinda a los barceloneses con agua fresca y potable.
Fuente de las Tres Gràcies
En el centro de la plaza Reial, lugar donde turistas se sientan a descansar y fiesteros a beber cervezas por las noches, está la fuente que creó Antoine Durenne sobre un diseño de Louis-Tullius-Joachim Visconti instalada en 1867. Está considerada como una obra de Bien Cultural de Interés Local y las tres figuras simbolizan a Aglaya, Eufrósine y Talía, diosas del encanto, la creatividad y la fertilidad.