Día que pasa, Barcelona pierde algo más de su memoria popular y comercial sin que ni nadie haga nada por impedirlo. Hace menos de una semana se supo que el histórico Bracafé de la calle de Casp cerrará, como muy tarde, el 31 de agosto. Donde ahora, está la popular barra cuadrada de este establecimiento abierto en 1931, se ubicará la entrada de un aparcamiento.

Pues bien, al cierre del Bracafé y hace unas pocas semanas del restaurante Pitarra, reconvertido en un pub irlandés, se une ahora la Tintorería Barcelonesa del Poblenou. La tienda, situada en el número 186 de la calle de Pujades, echará el cierre el próximo 31 de mayo, después de 98 años de servicio.

Abierto en 1920, ahora al frente del negocio están Esteve Foguet, de 79 años, y Rosa Olaya de 75. Pero tras décadas trabajando en la tintorería han decidido jubilarse. En declaraciones a la cadena Betevé, Foguet explica que el día que cierre se sentirá triste, "por dejar el trabajo de toda una vida", pero también feliz.

UN NEGOCIO A LA BAJA

Los tiempos han cambiado, la gente ya no cuida tanto el vestir o lo hace de otra manera. Y, quizá, con salarios tan precarios, no tiene tanto dinero para llevar la ropa a la tintorería. El negocio se ha visto salpicado por todo ello.

En los años 90, la Tintorería Barcelona trataba unas 20.000 prendas al año. Ahora hace la mitad, unas 10.000. En sus buenos tiempos, este establecimiento del Poblenou llegó a tener 16 trabajadores, de los que quedan cuatro. "Antes los vecinos traían un par de prendas al mes, ahora vienen dos veces al año", comenta el dueño del establecimiento.

Foguet dice que el edificio, en el que está la tintorería y otras tres plantas, ya se ha vendido, y al parecer el nuevo propietario tiene la intención de convertir el inmueble en viviendas. ¿Quién quiere seguir planchando ropa cuando el metro cuadrado está a precio de oro? Sólo la tienda tiene 300 metros cuadrados.

Pues parece que el hijo de Foguet y Olaya, que también se llama Esteve, no le importa y seguirá con el negocio familiar, aunque lo trasladará al barrio de Sant Andreu, donde tiene previsto abrir una pequeña tintorería. ¿Adivinan cómo la llamara? Tintorería Barcelonesa. Que nombre, si no, iba a poner.

En tiempos del alcalde Xavier Trias, el Ayuntamiento hizo un listado de los locales emblemáticos de la ciudad. La Tintorería Barcelonesa fue incluido en el primero de ellos. Uno de los elementos más singulares de la tienda son los mármoles negros de la fachada. Pero, al final, el establecimiento fue retirado de la iniciativa municipal.

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