El festival Cruïlla se está haciendo un hueco –bien grande– entre los festivales de referencia en España. No solo por el cartelazo, que ha sabido cautivar al público local, sino por sus otras grandes apuestas. Una de ellas es pionera en España: el Cruïlla será el primer festival en usar un vaso completamente biodegradable, elaborado con maíz.

Esta iniciativa se enmarca en una fuerte apuesta por la sostenibilidad, cuyo objetivo es, según ha explicado el director Jordi Herreruela, "reducir el elevado impacto medioambiental que supone cualquier festival".

En esta línea profesista, igual que el Primavera Sound, el Cruïlla se ha adherido al programa No Callem para la prevención de la violencia machista promovido por el Ayuntamiento de Barcelona, formando a sus trabajadores para hacer frente a este tipo de situaciones e instalando en el recinto un punto de información para las víctimas de agresiones.

Por otro lado, un año más los menores de 15 años contarán con entrada gratuita, para facilitar la asistencia de familias al festival, y se ofrecerá un descuento del 15 % a todos los que se encuentren en paro y del 50 % a los acompañantes de personas con movilidad reducida.

UNA EXPLOSIÓN TECNOLÓGICA

La tecnología también tendrá un rol importante para evitar las aglomeraciones a través de un sistema "full-cashless", es decir, sin uso de dinero en efectivo mejorado: los participantes podrán recoger sus pulseras una semana antes del evento en la tienda Movistar de la plaza de Catalunya.



Asimismo, el festival apuesta por el uso de la tecnología de datos para "dejar de ver al público como una masa homogénea y ofrecer experiencias concretas", como una copa de cava a los mayores de 60 años o pequeñas celebraciones a los que cumplan años.

El festival se celebrará del 12 al 14 de julio en el Parc del Fòrum y contará con artistas de la talla de David Byrne, Bugzy Malone, Ben HowardKygo, Jack White de The White Stripes, N.E.R.D con Pharrell WilliamsGilberto GilThe New RaemonFatoumata Diawara Lori Meyers, entre muchos otros.

El festival –dirigido más al público local y no tanto al internacional– sigue apostando por las mismas fechas a pesar de coincidir con otros grandes festivales como el consolidado Bilbao BBK Live o el aplaudido Mad Cool de Madrid que, en cierto modo, han afectado a la programación del Cruïlla.