Barcelona apenas dispone de básculas adaptadas para personas minusválidas. La síndica de greuges, María Assumpció Vilà, ha dado la razón a una usuaria que presentó una queja por las muchas dificultades que tiene para pesarse en la ciudad. Según la síndica, sólo una farmacia de la ciudad, en el paseo de la Zona Franca, tiene este servicio.

Vilà ha recomendado al Ayuntamiento de Barcelona que ponga una báscula en la antigua sede del PAMEM de la calle de Viladomat (la mutua de funcionarios del consistorio), que ahora funciona como un edificio con usos vinculados a la atención sanitaria. La síndica también es de la opinión que todos los Centros de Atención Primaria (CAP) de Barcelona tendrían que disponer de este tipo de servicio.

PESARSE EN UNA ZONA DE EMBALAJES

La ciudadana que ha reclamado a la defensora dice que “pesarse es una acción corriente y habitual que tendría que estar al alcance del conjunto de la población". La usuaria afirma que para pesarse se tiene que desplazar a una zona de embalajes de unos establecimientos de muebles en las afuerzas de a ciudad. En el Instituto Guttmann, sí disponen del servicio, pero la clínica está en Badalona. "Sorprende que Barcelona, referente en materia de accesibilidad, no pueda dar respuesta a una problemática tan básica para el control y salud cómo es el conocimiento del peso de uno mismo", afirma Vilà.

El Hospital Vall d’Hebrón, el Hospital de Bellvitge y el CAP Passeig Maragall cuentan con básculas adaptadas, pero se destinan a los usuarios de los respectivos servicios. Los precios en el mercado pueden oscilar entre 1.000 € y 3.000 € de importe.

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