Como el año pasado, por estas fechas, las oficinas del antiguo INEM de toda España han incrementado el número de entradas. Entradas de gente que se ha quedado sin trabajo y vuelve a engrosar las listas del paro.

El final de agosto es sinónimo de final de contrato temporal, vacacional o estacional; es decir, trabajo típico de servicios relacionados con el turismo.

“Yo he estado trabajando de camarero en el Port Olímpic los meses de verano y al acabar agosto, adiós”, confiesa Pablo. “No me ha pillado de sorpresa, porque ya sabía que me contrataban por tres meses, y que acabaría volviendo aquí”.

LAS QUEJAS DE LOS AFECTADOS

Como él, en la cola del paro vas encontrando a gente con perfiles parecidos: se acabó el contrato estacional -o por obra- y volvemos a la casilla de salida.

Algunos de los afectados se quejan de lo que muchos padecen. “Al final acabas trabajando más horas de las que tienes contratadas, sobre todo en estos meses”, revela Josep, otro camarero ocasional.

“Yo he estado trabajando en una tienda de ropa”, explica Bea, que también sabía que lo suyo tenía fecha de caducidad. “Necesitan refuerzos temporales por la llegada de turistas y en septiembre se acaba... A no ser que me salga algo en otoño, mi esperanza es que me llamen en diciembre para la campaña de Navidad. Cada año pasa igual”.

MALOS NÚMEROS

Hagamos un inciso estadístico, que es lo que ha dado pie a este artículo. Según los datos hechos públicos este lunes por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, el número de parados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo Estatal (SEPE, antiguo Inem) subió en 47.047 personas este agosto en relación con julio, acabando así con una sucesión de seis meses consecutivos a la baja.

Peor aún: es el mayor incremento en agosto desde 2011 (+51.185) y es superior al registrado el año pasado por las mismas fechas (46.400 personas).

En Catalunya, una historia parecida: el número de parados ha aumentado en 11.594 personas este agosto respecto a julio (un 3,14 %), lo que sitúa la cifra total de desempleados en 380.718. De hecho, es la comunidad autónoma en la que más sube el paro en agosto en números absolutos.

Una oficina de empleo de Catalunya / GENCAT



Y en Barcelona, más de lo mismo: 285.953 parados en toda la provincia. A falta de datos específicos de la ciudad, la mayoría en el área metropolitana; principal sector afectado, el de servicios.

QUEJAS POR LAS LEYES

Un amigo ha acompañado a Enrique a su cita en la oficina del INEM (perdón, el SEPE). Se llama Manuel y él, afortunadamente, no está en paro. Sin embargo, nos cuenta su historia:

“Trabajo en una multinacional de la que no diré su nombre. Tienen contratada a gente que va rotando con contratos temporales, por lo menos en los últimos nueve años. Es una gran multinacional que el año pasado ganó en todo el mundo unos dos mil millones de euros, según sus propios datos”. Se queja Manuel de que “las leyes toleran estas cosas, todo el mundo sabe lo que pasa, pero nadie hace nada”.

RALENTIZACIÓN EN EL CRECIMIENTO

Según las encuestas, la mayor preocupación de los españoles vuelve a ser el paro. Los observadores económicos empiezan a valorar que los indicadores hablan de 'ralentización en el crecimiento', y hasta en la CEOE empiezan a estar “preocupados” por la situación.

La patronal empresarial considera que una de las claves es “la caída de las inversiones públicas en construcción civil”, que generalmente tiran del carro de dicho crecimiento. En cuanto a la valoración por las cifras del parto en agosto, la CEOE considera que “es un problema estacional, recurrente en verano”.

Personas entrando y saliendo de una oficina de empleo / EFE



Mientras tanto, desde la administración no hacen más que avivar el fuego: se persigue el fraude laboral de manera rigurosa. Recientemente se ha hecho público que se han mandado cartas a 50.000 empresas, en su mayoría creadas por autónomos, por ese presunto fraude.

Inspección de Trabajo se ha implicado mucho en la investigación de 'empresas ficticias' que defraudan a la hacienda pública. Pero, desde el oro lado, las quejas son precisamente con el fisco por su excesivo celo.

“Yo llevo más de veinte años como empresaria autónoma y estoy harta”, cuenta Inés. “Me estoy hipotecando por culpa de unas leyes que atosigan a quienes queremos emprender y damos trabajo. Asumimos todos los gastos, y no compensa. Sencillamente: no podemos seguir así y no nos quedará otra que cerrar. ¡Estamos saturados de impuestos!”.

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