El mes empezaba con una noticia aterradora: la llegada de los 'pisos colmena', una especie de nicho donde vivir por el módico precio de 200 euros. El Ayuntamiento de Barcelona decía no haber recibido ninguna petición y que, en cualquier caso, no cumplían con la normativa. Este viernes, el consistorio ha ordenado paralizar las obras en un local del número 114 de la calle Constitució, en el distrito de Sants-Montjuïc, que no contaban con los permisos adecuados. Justamente, este espacio se pretendía convertir en uno de los cuchitriles de la empresa Haibu 4.0.
En una rueda de prensa, la teniente de alcalde de Urbanismo, Movilidad y Ecología, Janet Sanz, ha explicado que los promotores han reconocido durante la inspección que el objetivo de las obras era habilitar pequeños habitáculos residenciales que "no se ajustan a la legislación vigente".
NO TIENE CABIDA EN LA CIUDAD
"Esta propuesta no tiene cabida en la ciudad. La infravivienda es ilegal. Con esto no se juega", ha expresado Sanz, que ha reiterado que este tipo de alojamientos no se ajustan a los requisitos mínimos de habitabilidad que se exigen para poder vivir con dignidad y en unas condiciones adecuadas.
Así pues, la Guàrdia Urbana ha requerido a los propietarios que paralicen los trabajos, mientras que los servicios de inspección del distrito tramitarán el expediente correspondiente con la información recopilada para ordenar un cese de las obras, y, en el caso que no acate, se procederá al precinto de las obras. Barcelona no es Hong Kong. Hasta ahora por lo menos.