Uno de los proyecto estrella del gobierno de Ada Colau, la eléctrica municipal, ha empezado con mal pie. Eloy Badia, concejal de Presidencia y Energía, se ha visto obligado a rectificar ante la presión vecinal y de entidades ecologistas que denunciaban que la nueva empresa utilizaría energía contaminante.

La compañía eléctrica municipal, bautizada como Barcelona Energía, se tenía que alimentar de las placas fotovoltaicas instaladas en edificios municipales, así como de la planta incineradora de Sant Adrià del Besòs. Y es precisamente este suministrador el que ha provocado el recelo de los ecologistas.

Los ecologistas denunciaban que el Ayuntamiento vende como "energía verde" la que proviene de la incineradora del Besòs, que está siendo investigada por la Fiscalía de Medio Ambiente por supuestas manipulaciones e infracciones en las mediciones de dioxinas, es decir, por contaminación.

INCINERADORAS NO

Finalmente, la propia Ada Colau ha anunciado que no utilizarán la energía de la incineradora del Besòs, ni de ninguna otra incineradora, plegándose a las reivindicaciones de los vecinos.

La planta incineradora de TERSA es una empresa de titularidad pública, cuya participación se divide entre Barcelona Serveis Municipals (59%) y el Àrea Metropolitana de Barcelona (41%);y trata unas 45 toneladas de residuos por hora, lo que la convierte en la segunda mayor de España.

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