Barcelona, en materia de vivienda, lidera todos los rankings. Hace unos meses anunciábamos que la calle más cara de España está en Barcelona –fijándonos en el precio por metro cuadrado–, concretamente, en la calle Bellesguard. Pues, la calle comercial más cara de España... ¡también está en Barcelona! Portal de l'Àngel es la calle comercial con los precios de alquiler más altos, según un informe de la consultora inmobiliaria Cushman & Wakefield.
La calle barcelonesa mantiene una renta "prime" de 3.360 euros/m2/año, lo que la consolida por noveno año consecutivo como la calle más cara de España. A nivel europeo, se sitúa en la posición 18 y en la 67 a nivel mundial.
PRECIADOS DE MADRID, LA SEGUNDA
Tampoco le va a la zaga la calle Preciados, que une Puerta del Sol con la Gran Vía de Madrid. Los alquileres tienen una renta "prime" de 3.240 euros/m2/año, lo que representa un aumento del 2 % respecto a los precios del año pasado. A nivel europeo, Preciados se sitúa en la posición 20 y en la clasificación mundial, en la 71.
Ampliemos el foco. A nivel mundial, la calle más cara es, por primera vez, Causeway Bay de Hong Kong, con un precio máximo de alquiler de 24.606 euros/m2/año; seguida de la Quinta Avenida de Nueva York, con 20.733 euros/m2/año; y New Bond Street en Londres, con 16.071 euros/m2/año, de acuerdo con el informe, que analiza los precios de 445 mercados en 65 países.
LA VIVIENDA, UN PROBLEMA EN BARCELONA
Por otro lado, según el portal inmobiliario Idealista, en Catalunya, la ubicación que concentra las casas más caras es la Avenida del Tibidabo con 5,7 millones de euros.
En Barcelona, la vivienda se ha convertido en un problema. Los altos aquileres –sobre todo en zonas turísticas– están expulsando a los vecinos del centro. La alcaldesa de Barcelona, de hecho, ha suspendido en materia de vivienda. Tal como informaba este medio, en la campaña de 2015, anunció que entregaría 4.000 pisos de alquiler asequible al final de su mandato y las previsiones más optimistas aseguran que no ejecutará ni una tercera parte de su compromiso. Según el segundo Barómetro de Centre d'Estudis Sociològics para Metrópoli Abierta, los barceloneses suspenden a la primera edil por su política de vivienda.