Si el año pasado el pesebre en la plaza Sant Jaume fue objeto de discusión política y ciudadana, el de este 2018 vuelve a apuntar maneras. La instalación de este año emula una comida familiar con personajes del pesebre de forma conceptual. En ella se incluye una mesa de gran formato con sus sillas, con Jesús presidiendo la mesa, personificado con un babero con su nombre colgado en la silla.
El primero en reaccionar ha sido líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández: "El pesebre laico de Ada Colau es un bodrio", ha declarado indignado. Así, él cree que debería sustituirse por uno tradicional. "El belén de Colau está vacío de Navidad, y es más laico que tradicional", ha aseverado a través de un comunicado. En este sentido, ha comentado que ni abuelos ni padres enseñarían este pesebre a sus hijos ni nietos, que “buscan el portal con el niño Jesús, los pastores con ovejas y las figuras de los Reyes Magos”.
QUIERE RECUPERAR EL PESEBRE TRADICIONAL
En este sentido, ha criticado que "Colau está haciendo que Barcelona pierda el interés que históricamente había tenido como visita obligada de las familias en Navidad", y ha pedido conocer el coste de la instalación, que es pesebre abstracto que requiere de interpretación adulta y que ningún niño entenderá, según ha subrayado.
El pesebre, obra de Sebastià Brosa, versa sobre los conceptos navideños de las comidas familiares y los buenos deseos mediante sus figuras. Podrá verse hasta el 6 de enero, mientras que el pesebre tradicional que se expone en el Museu Frederic Marès se podrá visitar hasta el 2 de febrero.