Tras 24 horas de solidaridad con los presos políticos, el ayuno ha terminado. Este viernes a las 9 de la mañana decenas de políticos de JxCat, ERC y la CUP han abandonado el convento de los Caputxins de Sarrià para regresar a su día a día. A lo largo del Día de la Constitución llevaron a cabo varias charlas relacionadas con "la justicia y la lucha no violenta", recordando al líder de JxCat en el Parlament, Jordi Sànchez, y los exconsellers Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn.
Pero la historia no acaba aquí. De hecho, solo acaba de empezar. Con este primer ayuno empiezan una serie de protestas organizadas por la plataforma Prou Hostatges, vinculada a la ANC. El próximo ayuno se llevará a cabo el próximo domingo en el Monasterio de Montserrat, en unas celdas, que durará hasta el día de Navidad. Además, desde Junts per Catalunya han organizado una mesa para que siempre haya un diputado en ayunas.
UN LUGAR CLAVE PARA EL CATALANISMO
El lugar elegido no fue aleatorio: Caputxins de Sarrià es un punto de encuentro simbólico para el catalanismo, puesto que en este espacio, en el 1966, medio millar de estudiantes desafiaron al régimen franquista organizando un encierro.
Este primer ayuno también les sirvió para expresar su rechazo a la Constitución "ante la evidencia que bloquea el ejercicio de derechos colectivos e individuales fundamentales como el derecho a la autodeterminación de los pueblos, la libertad de expresión y el derecho de representación política". "Una Constitución que ampara la extrema derecha franquista y una monarquía que ha renunciado a representar buena parte e los ciudadanos, pero que, en cambio, permite la represión violenta de expresiones plenamente democráticas".