Has pasado por encima de él varias veces. Es posible que no te hayas dado cuenta porque hasta hace pocos meses no funcionaba. Pero, ¡ahora sí! Estas navidades, o luego, márcate un viaje. Coge el Metro y ve hasta Urquinaona. Baja por Via Laietana y en el número 69 de la calle encontrarás el increíble reloj luminoso que tiene un hermano (casi) gemelo en el número 2 de la calle Rocafort.
El de Via Laietana vio la luz en la noche de Fin de Año de 1935 –gracias al ingenio del relojero Juan Cabrerizo– por encargo de Blanca Rosés, propietaria de los edificios delante de los cuales se encuentran los relojes. Se trataba de una estrategia publicitaria para atraer a más clientes. Estas navidades, el reloj camuflado entre las flores (baldosas) está contribuyendo a iluminar la calle.
LAS ESFERAS LUMINOSAS MARCAN LAS HORAS
El reloj está construido con piedra artificial, herraje de latón y discos de vidrio helado. Lo más impresionante es que marca las horas y los minutos con esferas luminosas. En la parte central, los dos recrean la efigie del dios Hermes con el escudo de Barcelona, que precisamente era el logotipo de esta banca, que en los años 50 del siglo pasado pasó a ser el Banco Condal, el cual no cuidó de los relojes. Con los años, se fueron estropeando por falta de mantenimiento.
A finales de los años 1980, la Consejería de Gobernación de la Generalitat se instaló en el edificio de Via Laietana e inició una reparación parcial del reloj, que funcionó durante un tiempo. Años después, la consejería se marchó y con el paso del tiempo se deterioró y dejó de funcionar.
Este verano renació tras la restauración del Ayuntamiento con el apoyo económico del hotel H10 Cubik, que está justo delante.