Por muy mal que sepa a algunos y por muy antidemocrático que parezca su mensaje, el autobús propagandístico de Hazte Oír no será vetado en Barcelona al denegar el juez de guardia su paralización. Esta organización ha puesto en marcha su campaña Stop Feminazis con este autocar que lleva impresos en sus laterales los lemas “No es violencia de género, es violencia doméstica” y “Las leyes de género discriminan al hombre”, justamente a una semana del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Una provocación en toda regla, pero legítima. Ante la idea de hacer circular un autocar desde el que se difunden mensajes contra el feminismo, tanto colectivos radicales (la organización juvenil de la CUP, Arran, asaltó el autocar nada más llegar a Barcelona) como el Ayuntamiento de Barcelona o la Generalitat de Cataluña alertaron del peligro de esos mensajes.
El Gobierno autonómico tomó la iniciativa, tras los jóvenes de Arran: la presidenta del Institut Català de les Dones, Núria Balada, presentó una denuncia ante la Fiscalía. Balada justificó, en una nota oficial, la iniciativa ante el fiscal por los delitos de odio y discriminación. Argumenta en la denuncia que la libertad de expresión “no es libertad e impunidad y los mensajes del autobús citado niegan la dignidad humana, incitan al odio, la hostilidad, la discriminación y la violencia contra las mujeres”.
Según las tesis del Govern los lemas “No es violencia de género, es violencia doméstica” o “Las leyes de género discriminan al hombre” asociadas a la figura del dictador Adolf Hitler (que aparece con la cara maquillada y con el símbolo feminista en la gorra) crean “un sentimiento de antipatía y aversión contra las mujeres y el activismo social que defiende los derechos de las mujeres, asociando la iconografía y terminología nazi a los movimientos de reivindicación feminista. Es una propaganda que ataca la dignidad, los derechos y la libertad de las mujeres, creando un clima que normaliza la discriminación contra las mujeres y contra cualquier persona que no tiene encaje en la perspectiva supremacista o excluyente de sus promotores”.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Pero el titular del juzgado de instrucción número 4 de Barcelona, Hugo Novales, en funciones de guardia, emitió un auto en la misma tarde de este lunes en la que denegaba las medidas cautelares de inmovilizar el autobús y prohibir la propaganda. “La frontera entre aquello que se encuentra amparado por la libertad de expresión y aquello otro que excede de lo que colectivamente pueda ser considerado como aceptable (no como querido, sino simplemente como aceptable) desde el punto de vista de la libertad de expresión, se convierte en muchas ocasiones en una delgada y tenue línea de contornos difusos que impide en el ámbito de un proceso penal todavía embrionario, adoptar una medida cautelar que suponga, como sucede en el caso de autos, la paralización de la difusión de un mensaje que representa una ideología o una manera de pensar, por muy contraria que ésta pueda parecer a tendencias muy relevantes en la sociedad actual y a principios como la igualdad hombre-mujer o de defensa de los derechos de las mujeres que por sí mismos deberían estar tan sólidamente afirmados en nuestro sistema de convivencia y en las mentes de todos los ciudadanos y ciudadanas, que hicieran completamente innecesaria su reivindicación”.
El juez admite que buscó por Internet información sobre el autocar de la discordia y así se enteró de que “el Ayuntamiento de Madrid ha permitido al vehículo de la organización Hazte Oír circular por las calles de Madrid de acuerdo a la normativa municipal al considerar que entra dentro de la ‘libertad de expresión’ y que no se puede desautorizar salvo que haya ‘un delito de odio muy flagrante’ en el mensaje (…) el referido vehículo lleva circulando varios días por las calles de Madrid y por las carreteras de este país sin que hasta la fecha se haya considerado necesaria la adopción de una medida cautelar para atajar una conducta presuntamente delictiva y de realización sostenida en el tiempo”.
COLAU MULTA, TORRA ABRE EXPEDIENTE
El Ayuntamiento de Barcelona, que preside Ada Colau, en cambio, no perdió oportunidad para multar a los responsables del vehículo por incumplir la ordenanza de convivencia de la ciudad y la Ley de Publicidad de Cataluña.
A pesar de ello, concluye el magistrado dando una lección de democracia radical: “En definitiva, por mucha ‘repulsión ideológica’ que puedan causar las opiniones expresadas en el flanco del autobús fletado por Hazte Oír o la simbología utilizada, están amparadas por la libertad de expresión, recordando que el colectivo de mujeres considerado en su conjunto excede del concepto de grupo social protegido por los delitos de odio, como sí sucedería con las minorías raciales o religiosas”.
Pese a todo, la Generalitat, que preside Quim Torra, tampoco se quedará de brazos cruzados: el Govern abrirá un expediente sancionador a Hazte Oír amparándose en la Ley de Igualdad e intentará que esta organización no pueda realizar ninguna actividad en Cataluña hasta “que elimine los símbolos machistas” en sus campañas. El auto del juez, no obstante, abre un profundo debate sobre lo que debe de ser la libertad de expresión en su más amplio y radical sentido.