El instituto de secundaria Cristòfol Colom, en el barrio del Bon Pastor, echa el cierre. El centro educativo dejará de funcionar como tal coincidiendo con la finalización del actual curso. Los últimos alumnos son 25 jóvenes de cuarto de ESO. A lo largo de todo el curso, los estudiantes han convivido con las obras. El edificio del Cristòfol Colom se está reformando para convertirse en una escuela de jardinería en el ámbito de la formación profesional, explica la directora, Carme Blasi.

El inmueble albergará el Instituto Rubió i Tudurí, que ahora se encuentra en Montjuïc, que funciona como escuela, con distintos grados medios y superiores, sobre jardinería y floristería y paisajismo y medio rural, y programas de prácticas en empresas. También está previsto ofrecer formación en materia de energía, gestión de residuos o economía circular.

35 AÑOS DE DIRECTORA

Según Blasi, que ha estado al frente del instituto 35 años, los trabajos tienen que estar acabados a finales de año, pero desconoce cuándo se pondrá en marcha el nuevo centro. El Consorcio de Educación y el Ayuntamiento esperan que pueda estar listo en 2020 completamente acondicionado para los nuevos usos, esto es con zona de cultivos e invernaderos.

88 AÑOS DE HISTORIA

El actual instituto inicio su andadura en 1931 en el mismo emplazamiento. Es decir que cierra la puerta tras estar 88 años en funcionamiento. El espacio abrió como Escuela Bonaventura Carles Aribau y en 1992 se convirtió en un centro de secundaria. El cambió de nombre tuvo lugar en 1939, tras la Guerra Civil, recuerda la directora.

Los últimos alumnos del centro han estudiado todo el año con el edificio levantado. Pasadas las fiestas de Navidad, los estudiantes se tuvieron que trasladar a tres módulos instalados en el patio para seguir las clases porque el ruido y las molestias de las obras hacían imposible convivir con el trabajo.

Cartel del proyecto de la escuela de jardinería del Bon Pastor / JORDI SUBIRANA 



El Consorcio de Educación de Barcelona no ha contestado a ninguna de las preguntas planteadas por Metrópoli Abierta. El organismo público, financiado por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, es el que está detrás de la transformación del equipamiento en colaboración el Distrito de Sant Andreu y Barcelona Acitva, que tiene, entre otros objetivos, impulsar la actividad económica de la ciudad. El cartel a pie de obra indica que la reforma cuesta 2,6 millones.

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