Bronca monumental en el FC Barcelona. La abrupta salida del vicepresidente Jordi Mestre no se debió a las nuevas responsabilidades de éste como presidente del Gremi d’Hotels de Barcelona, cargo en el que sucede a Jordi Clos. En realidad, fue el mal ambiente dentro del equipo directivo lo que propició que Mestre pegase un portazo y dejase con un palmo de narices a toda la ejecutiva azulgrana.
Fuentes internas del club señalan a Metrópoli que las críticas en la comisión deportiva a los resultados en Europa motivaron, a la postre, el abandono del directivo. “Hubo una reunión muy tensa y una bronca enorme. Al final, él dijo que se iba, aunque nadie se lo llegó a creer verdaderamente”, explican las fuentes. Pero no pasó mucho tiempo para que materializase su amenaza.
El detonante de esa crisis en el seno de la cúpula azulgrana fueron las duras críticas de algunos directivos a la derrota del Barça frente al Liverpool en la final de la Champions. En concreto, Mestre se las tuvo muy en serio con Xavier Vilajoana y con Silvio Elías, que no escondieron su decepción y que sacaron las uñas contra el secretario técnico, Pep Segura, y el entrenador, Ernesto Valverde. El razonamiento de los críticos era de cajón: el responsable de la derrota era uno y tenía nombre y cargo: el mánager general del Barça, aunque Valverde también tenía su parte de culpa.
Mestre, vicepresidente deportivo, era el más firme defensor de Segura, a quien había fichado él y por quien ya había puesto la cara en más de una ocasión. En la reunión, según una de las personas presentes, “los defendió a muerte”, ya que en el paquete de las críticas entraban tanto el entrenador como el mánager general. Tanto, que el rifirrafe se convirtió en bronca. “Con Valverde, se metieron menos, pero con Segura se ensañaron, por lo que Mestre salió en su defensa”. En la reunión también participaba Javier Bordas, directivo adscrito a la misma área, pero este directivo no participó en la trifulca.
INTERCESIÓN DE BARTOMEU
Una vez acabada la reunión, el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, trató de apaciguar los ánimos y, según las fuentes, habló con Mestre para convencerle de que siguiera como vicepresidente. Pero todo fue inútil. El directivo salió dando un portazo, al parecer porque se sintió solo en la defensa del equipo técnico del club. “Si alguien hubiese salido en su defensa o hubiese habido alguna reacción para atenuar las críticas tras la derrota frente al Liverpool, seguramente su reacción no hubiese sido tan drástica”, subrayan las fuentes consultadas por este diario.
“Una idea de la magnitud de la discusión la da el hecho de que abandona de repente el club en plena temporada de negociaciones de contratos y de fichajes o de ventas. Lo normal es que hubiera esperado hasta el mes de septiembre, pero la tensión había sido tanta que decidió tirar la toalla inmediatamente y dejar el club. Eso puede dar una idea del deterioro del ambiente dentro del equipo directivo”, añaden las fuentes.
FICHAJES DELICADOS
Por si fuera poco, esta etapa es sumamente delicada, puesto que están pendientes de discusión temas muy escabrosos, como la posible reincorporación del brasileño Neymar o del francés Antoine Griezmann. La espantada de Mestre añade a estas negociaciones más tensión y deja a su equipo negociador al descubierto, ya que ahora les faltará la protección del vicepresidente.
Los cambios que pueden afectar al organigrama culé para la próxima temporada están ahora más en el aire que nunca. En las próximas semanas se clarificará el panorama
La minicrisis abierta con la marcha de Mestre no tiene aún un final claro, pero Bartomeu asumió en persona el control de la misma para que sus efectos sean mínimos. Mestre era el directivo con más peso dentro de la cúpula azulgrana y, de momento, los rumores que hay es que todo seguirá como cuando estaba él, es decir, con Segura en su puesto.
Sus compañeros califican al ya exvicepresidente culé como “un hombre muy de Sandro Rosell”, ya que llegó con él al club en el año 2010. Comenzó siendo el responsable del fútbol base y acabó siendo ascendido a vicepresidente cuando Bartomeu se hizo con la presidencia del Barça. “Es una persona muy tranquila y mantenía una buena relación con casi todo el equipo. Con él se podía hablar y jamás había habido problemas graves hasta ahora”, subrayan las fuentes. Pero hasta los más tranquilos tienen sus arranques.