Hace unos meses, el guardia urbano y representante la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), Eugenio Zambrano, definió en una entrevista con Metrópoli Abierta Barcelona como una "ciudad sin ley". Zambrano no es el único que piensa así. El exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Villagrasa, publicó a finales de mayo el libro Barcelona, ciudad sin ley, en el que analiza el "fracaso" de Ada Colau gestionando la seguridad de la ciudad.

"En seguridad, hemos vuelto a los peores momentos de los años 80", dice Villagrasa sobre los cuatros años de Colau al frente del Ayuntamiento. Los datos parecen dar la razón al exconcejal popular. El último balance de delitos en Barcelona hecho público por los Mossos d'Esquadra indica que durante los primeros seis meses del año se han producido cada día en la capital catalana 635 delitos. El año pasado acabó con una media 500, según los datos del Ministerio de Interior. "Colau ha sido la peor alcaldesa que ha tenido Barcelona", asegura el hasta ahora edil.

CUATRO ALCALDES

Villagrasa ha sido concejal 13 años. "He estado con cuatro alcaldes. Los dos últimos años de Joan Clos. Los mandatos de Jordi Hereu y Xavier Trias y un año con Colau -entró en sustitución de Ángeles Esteller, que dejó el cargo para ser diputada-. Con todas las diferencias ideológicas que tenía con ellos, no puedo decir que fueran malos alcaldes. En el caso de Colau, sí". "Tras cuatro años en el Ayuntamiento ha dejado una ciudad insegura y sucia y con un tejido empresarial y comercial que no se ha sentido respaldado por el gobierno municipal", añade.

En el libro, editado por Punto Rojo, Villagrasa retrata las relaciones del colectivo okupa con algunos de los concejales de Colau -entre ellos Gala Pin- y la inseguridad en el metro. Para el exconcejal, la crisis de delitos que se vive en las calles de Barcelona es muy similar a la que hay en el suburbano, donde enumera, junto a los hurtos, algunos de los que en su opinión son las problemáticas más habituales: las agresiones a los vigilantes de seguridad, el top manta, el acoso sexual y los grafiteros.

Villagrasa también se adentra en los delitos y el incivismo que vive Ciutat Vella con especial énfasis en el turismo de borrachera de la Barceloneta, los clubs cannábicos, los delitos cometidos por los Menas y los narcopisos. Para el exregidor, "un narcopiso es la ocupación ilegal de una vivienda, que se utiliza para traficar con droga. La droga se suele consumir en ese piso y la venta de la droga la dirigen grupos mafiosos organizados que atemorizan y amenazan a los vecinos".  

DISOLUCIÓN DE LOS ANTIDISTURBIOS DE LA URBANA

En Barcelona, ciudad sin ley, subtitulado "la herencia de la alkaldesa Colau", Villagrasa profundiza en la "animadversión" que Colau tiene hacia los cuerpos de seguridad, y en especial hacia la Guardia Urbana. Según Villagrasa, uno de los objetivos del gobierno de los comunes ha sido "desmantelar" una parte de la policía local de Barcelona. El autor cita distintos casos, pero el más conocido es el de la Unidad de Soporte Policial, lo que eran los antidisturbios de la Guardia Urbana, que Colau convirtió en la Unidad de Refuerzo de las Emergencias y Proximidad (UREP). 

El libro de Alberto Villagrasa



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Para el exalto cargo del PP, el objetivo de los comunes con esta disolución no era otra que vengarse de esta unidad policial, que fue la que intervino en el desalojo de la okupación del Palau Alòs, en la calle de Sant Pere més Baix en febrero de 2006. En aquella operación un agente acabó tetrapléjico y cinco jóvenes fueron a la cárcel. Una de estas personas, Patricia Heras, se suicidó durante un permiso penitenciario. Es el caso conocido como 4F, que el documental Ciutat mortaproyectado en TV3, presentó como un complot policial y judicial.

"INSULTAR Y DIFAMAR"

En el libro, Villagrasa critica el posicionamiento de Colau -y del ahora diputado Jaume Asens- sobre Ciutat morta, que tildó de "los peores casos de torturas y corrupción en Barcelona"-. Y siendo ya alcaldesa se permitió "insultar y difamar" a la policía de la que era la máxima autoridad política. Asens no se quedó corto y se refirió a Ciutat morta como "la banalización de la tortura e impunidad de los crímenes de Estado. Y sobre el papel de comparsa de los jueces", recuerda el exregidor popular.

Nacido en Barcelona en 1971 y vecino de la calle del Marquès del Campo Sagrado durante 37 años, a un salto de mata de Ciutat Vella, Villagrasa ha pasado buena parte de su vida en el Raval. Allí, por ejemplo, jugó y entrenó a varios equipos de baloncesto y dio sus primeros pasos en política como consejero del distrito. "Ciutat Vella tiene un potencial enorme. Hay que impulsar el pequeño comercio y el patrimonio cultural que tiene". Pero también defiende la necesidad de incrementar los dispositivos policiales de seguridad y prevención, y sociales. "En Ciutat Vella no se lo puedes poner fácil a los delincuentes. Con tantas callejuelas estrechas, es un sitio ideal para ellos".

Licenciado en Derecho y doctor en Derecho Penal y Criminología, Villagrasa defiende la necesidad de que los gobiernos confien en sus policías y afirma que tras 13 años en el Ayuntamiento de Barcelona y otros dos como diputado en el Parlament, cierra une etapa en la política activa. "Ser concejal en mi ciudad ha sido un lujo. La política real es la municipal", concluye.

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