La Sagrada Família encara la recta final de su construcción con el mismo problema que arrastra desde hace décadas: la escalinata de la calle Mallorca, la misma que debería servir como entrada principal al templo. Dicho acceso supone uno de los principales escollos de la Junta Constructora de la Sagrada Família para llevar a cabo sus planes tal y como tiene previsto. Y es que la construcción de la escalinata implicará la expropiación y derribo de los edificios situados enfrente del templo, lo que afectará a unas 3.000 personas entre trabajadores y vecinos de la zona.
Precisamente el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha admitido a trámite el recurso que planteó la Plataforma de Afectados por la Sagrada Familia contra el plan especial urbanístico aprobado por el Ayuntamiento de Barcelona en febrero de este año y promovido por la junta del templo, según ha avanzado este jueves el diario El País. En el plan se incluye la construcción de la primera fase de la escalinata de la calle Mallorca: un gran voladizo de más de 50 metros de longitud que amenaza a las viviendas limítrofes con la fachada. El conflicto, pues, entre vecinos afectados y la Junta Constructora a primera vista resulta irreconciliable, con una alta probabilidad de finalizar en los tribunales.
CONFIANZA EN UN ACUERDO
Aun así, los gestores del templo se muestran optimistas y no descartan llegar a un acuerdo que satisfaga a todas las partes. Al menos esa es la impresión que ha tratado transmitir este jueves el presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Família, Esteve Camps, durante el encuentro anual con periodistas previo a las fiestas de la Mercè. A su lado le acompañaba el arquitecto director de las obras, Jordi Faulí, que asentía a las palabras del presidente de la Junta. "Si en 130 años no se había llegado a un acuerdo para la licencia de obras y en dos años y medio lo ha habido, ¿por qué no debería haber un acuerdo con la calle Mallorca?", ha enfatizado Camps, haciendo un símil con el reciente acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para regularizar las obras de la Sagrada Família.
Camps ha mostrado en todo momento su convencimiento de que la escalinata formó parte de los planes iniciales de su arquitecto, Antoni Gaudí, por lo que es un elemento al que no se puede renunciar, tal y como exigen vecinos y algunos especialistas. Según estos últimos, la gran escalinata de la calle Mallorca no formó parte de los planes de Gaudí, sino que surgió a posteriori por parte de sus discípulos y continuadores de la obra.
Preguntado por la cuestión, el máximo responsable de la Junta Constructora se ha remitido a los documentos que constan en el Archivo Municipal, donde "cualquiera" puede comprobar los planos de Gaudí donde se incluye la escalinata junto a los sellos municipales de la época. Bajo esta premisa Camps rechaza rehacer los planos con los que trabaja el equipo de arquitectos actual, que contemplan la polémica escalinata.
PENDIENTES DE LAS NEGOCIACIONES
El presidente de la Junta Constructora ha explicado que las negociaciones sobre la escalinata --en las que confía llegar a un acuerdo-- se iniciarán justo después de las Fiestas de la Mercè, tal y como acordaron con el Ayuntamiento. En las reuniones, según él, participarán representantes del consisitorio, colegios profesionales, vecinos y la Sagrada Família. En las mismas se abordará la posible expropiación de las viviendas y locales del entorno de la Basílica.
Asimismo, Camps también ha detallado que durante el mandato del exalcalde Xavier Trias se iniciaron una negociaciones --con Jordi Martí como interlocutor por parte del Ayuntamiento-- donde se hicieron grandes avances. Entre otras cuestiones, los gestores del templo aceptaron reducir el tamaño de las escalinatas "medio metro por cada lado". Ahora esperan que el Gobierno municipal y la concejal de Urbanismo, Janet Sanz, desbloqueen el último escollo legal que planea sobre la obra maestra de Gaudí.
DECORACIÓN DE LA FACHADA DE LA GLORIA
Por otro lado, también se han dado a conocer más detalles sobre el avance de las obras y las nuevas ideas de la Junta Constructora para dirimir las cuestiones no resueltas por Antonio Gaudí. Por ejemplo, se convocará un concurso público para seleccionar una serie de artistas --no se ha dado a conocer el número concreto-- que se encargarán de diseñar el centenar de elementos que decorarán la Fachada de la Gloria, la más grande de todas.
Precisamente ésta será una de las partes de la Sagrada Família que no estará terminada en 2026, fecha en la que está previsto finalizar la construcción de la basílica. Para semejante tarea la Junta ha creado dos comisiones, una de teólogos y otra de artistas, que velarán por la adecuación de los ornamentos al estilo y propósito de Gaudí. Y es que los teólogos deberán interpretar los mensajes del arquitecto, que hizo una "Biblia de piedra" para acercar el cristianismo a creyentes y no creyentes. Dichos mensajes deben ser comprensibles para el público y representar lo que Gaudí quiso transmitir, que "no es lo mismo en el siglo XIX que en el XXI", ha matizado Camps. Por ello ha sido necesaria la creación de estas dos comisiones, que trabajarán conjuntamente en la decoración de la fachada de la Gloria.
AVANCES
También ha detallado que las torres de los Evangelistas de la Sagrada Família estarán coronadas por las cuatro figuras que representan a los evangelios: un ángel a Mateo; un león a Marcos; un buey a Lucas, y un águila a Juan. Todas estas esculturas, de nueve metros cada una, están realizadas por el veterano escultor Xavier Medina Campeny.
El arquitecto director del templo, Jordi Faulí, ha explicado que las torres de los Evangelistas se instalarán en 2021 y contarán con un icosaedro donde se ubicarán las esculturas. Además, ha detallado que a finales del mismo año se colocará la torre de María, mientras que la de Jesucristo --la principal y más alta-- será la última en acabarse un año más tarde, en 2022.
En cuanto a los avances realizados en este último año, Faulí ha destacado que las torres centrales ya han rebasado los 100 metros de altura y sobrepasan el tamaño de las torres laterales de la Fachada del Nacimiento, las que el propio Gaudí terminó.