Tambores, trompetas, golpes de silbato, petardos y gritos que retumban: “¡No al ERE! ¡No al ERE! ¡No al ERE!”, se hacen este jueves a las 10:30h con el ambiente de la entrada del Ilunión Hotel de Poblenou. Se trata de la protesta que protagonizan unos 150 trabajadores de la fábrica de audífonos Microson, que pertenecía a la empresa catalana GAES hasta que el año pasado fue comprada por el grupo italiano Amplifon. Mientras el comité de trabajadores de Microson se reúne en las instalaciones del hotel con la mesa negociadora de Amplifon, los empleados atestan esta esquina del barrio de una variedad de ruidos que recuerdan que no están de acuerdo, que no permitirán que despidan a 188 trabajadores con una “indemnización tan baja”.
188 DESPIDOS
Así lo cuenta a Metrópoli Abierta Sergi Pavón, trabajador de la fábrica desde hace 21 años y portavoz de los empleos de Microson. “Primero nos ofrecieron una indemnización de 22 días por 12 meses. Protestamos y la semana pasada nos hicieron una contraoferta de 27 días por 18 meses. Nosotros pedimos 56 días por una lineal de 2.000 euros”, dice Pavón y, acto seguido, añade que el motivo de sus quejas es que la compañía “tiene márgenes comerciales muy altos” y “no ha alegado motivos económicos” para echar a la calle a 188 personas. Según cuenta Pavón, han puesto sobre la mesa motivos organizadores y estructurales. O, lo que es lo mismo, “que pueden comprar los mismos audífonos a otras fábricas por un importe más bajo”.
El comité de los trabajadores de Microson sale de la negociación con el grupo italiano y anuncia a sus compañeros que la última contraoferta es de "33 días con un tope de 19 meses". La respuesta es contundente. Los aproximadamente 150 empleados gritan al unísono: “¡Fuera, fuera, fuera!”. ¿La razón? El acuerdo “solo favorece a las personas que llevan poco tiempo en la fábrica, pero si tenemos en cuenta que la antigüedad media es de 15 años y que hay personas que llevan hasta 40 años, es ridículo”, indica Pavón.
LOS TRABAJADORES
Desde que a principios de setiembre Amplifon comunicó a la plantilla que se produciría este ERE, los empleados han protestado cada día a las 10h ante las puertas de la sede de GAES. Es también desde principios de setiembre cuando ha aflorado la indignación entre muchos. “Estamos enfadados porque nos quieren pagar cuatro duros. Aquí muchos tienen familia y también hay matrimonios que tienen que mantener a los suyos”, lamenta Susana Alcalde después de 20 años en la empresa.
A Ana María Cortes, que tiene una antigüedad de 23 años, le cabrea que “las cosas se han hecho muy mal”. El pasado julio la empresa hasta les aseguraba que si “aumentaban la producción” serían más rentables y no tendrían que temer por su permanencia en la fábrica. Para Alcalde es también criticable que cuando la firma dio la noticia a principios de setiembre no le importó que algunos aún estuvieran de vacaciones. “Mi jefe me llamó cuatro días antes de volver al trabajo... Me sorprendió porque en julio nos hicieron un lote regalo con una botella de cristal para beber agua, una libreta, un bolígrafo, café y una nota que decía “Contamos con vosotros”.
A otro empleado, Ivan Jiménez, lo que más le preocupa es que “muchos lo van a pasar mal. No están pensando en todos los que tendrán dificultades para pagar la hipoteca o llegar a final de mes”. El caso de Cortés es un ejemplo flagrante: “no sé que voy a hacer después porque tengo 50 años”.