Las semillas de los disturbios en Barcelona por la sentencia del procés han empezado a germinar. Distintas empresas, el sector de la restauración, infraestructuras públicas así como equipamientos culturales se han resentido y se han visto directamente afectados por las pérdidas que se estiman millonarias. Ante este panorama, patrullas ciudadanas como la de los Guardian Angels también han decidido paralizar su actividad temporalmente. “Hemos dejado de patrullar debido a los altercados”, explica Nicole Orlando, portavoz del grupo, a Metrópoli Abierta.

Sus zonas de actuación –Paral·lel, Montjuïc, La Rambla– se han convertido en escenario de las manifestaciones pacíficas de grupos independentistas, pero también de enfrentamientos de una minoría radical contra los agentes policiales. “Es imposible salir con tantos antidisturbios por todos lados”, detalla Orlando. Este miércoles, en un principio, volverán a patrullar teniendo en cuenta el “radicalismo en las calles”.

Policía junto a varias barricadas provocadas en Barcelona / EFE



CAMBIOS EN SU VESTIMENTA

Los Guardian Angels son fácilmente reconocibles: boina roja, cabeza bien arriba, camiseta con el logotipo de la emblemática patrulla y pantalones negros. Sin embargo, van a efectuar algunos cambios en su vestimenta para dejar de ser tildados de “carlistas” o de estética casi “paramilitar”, coincidiendo con el contexto de convulsión política en Barcelona por el independentismo.

“Reemplazaremos la boina roja por gorras de béisbol del mismo color”, comenta. “La vestimenta sirve para que sea más fácil identificarnos, por eso el color rojo”, argumenta. “Tras el auge del radicalismo queremos proteger más que nunca nuestra seguridad”, insiste. Por el momento, los Guardian Angels solo han recibido agresiones verbales, pero temen que se puedan producir posibles tensiones físicas.

ALGUNOS SECTORES SE OPONEN

Tal como adelantaba este medio, la actuación de los Guardian Angels ha sido cuestionada por distintos sectores. “Pueden crear un mal mayor del que pretenden evitar, como por ejemplo lesiones, porque algunos delincuentes no querrán dejarse detener porque no son agentes de la autoridad”, sostiene, por ejemplo, Inma Viudes, portavoz del sindicato Sap-Fepol de los Mossos d’Esquadra.

Los Guardian Angels saliendo del metro de Barcelona / Cedida



Por su parte, el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, también ha avisado en reiteradas ocasiones que perseguirán a los grupos de vecinos que actúan de forma independiente contra la inseguridad en Barcelona. "Son inadmisibles", declaró. "La seguridad pública es una responsabilidad de los poderes públicos, de la administración pública y de las fuerzas policiales. No es aceptable cualquier tipo de autoorganización en materia de seguridad", consideró.

No obstante, según los Guardian Angels, otros colectivos como el de los vigilantes de seguridad agradecen el apoyo de las patrullas. “Están desbordados”, valora Orlando. Tampoco se han producido escenas incómodas entre los miembros y agentes policiales. “Cuando nos cruzamos, nos miramos y ya está”, explica. “No entiendo por qué algunos nos ven como una amenaza”, se pregunta.

UNA ORGANIZACIÓN CONSOLIDADA

Esta reconocida organización, que ya opera en más de 13 países del mundo y 130 ciudades, surgió en el conflictivo barrio del Bronx en 1979. La intención de su fundador, Curtis Sliwa, era organizar a un grupo de vecinos para poner fin a la inseguridad y el crimen que vivían en la comunidad.

Fue entonces cuando empezaron a desarrollar programas orientados a rehabilitar espacios públicos y a montar grupos de auxilio ciudadano para prevenir e impedir los delitos. A día de hoy, su exitoso modelo cuenta con más de 55.000 voluntarios y abultadas donaciones. Su intención es crear “una gran comunidad y entre todos intimidar a los ladrones”.