“No es abuso, es violación”. “Ninguna agresión sin respuesta”. “Si tocan a una tocan a todas”. “No es no y lo otro es violación”. “Tranquila, hermana, aquí está tu manada”, son algunas de las consignas que esta tarde se apoderan del ambiente de la plaza Sant Jaume de Barcelona durante la concentración contra la sentencia de La Manada de Manresa. Centenares de personas han llenado el lunes este punto del centro de la capital catalana para expresar su rechazo a un fallo que está lejos de reconocer todo el daño que ha podido sufrir la víctima.
La Audiencia de Barcelona condenó la semana pasada a penas de 10 y 12 años de cárcel a cinco de los acusados de violar en grupo a una menor de 14 años en Manresa. El fallo ha despertado la indignación entre gran parte de la población española y ha desencadenado protestas en más de 40 ciudades del país porque, como ocurrió con La Manada de los Sanfermines, ha catalogado los hechos de abuso sexual y no de agresión y, por tanto, no son considerados una violación. ¿La razón? Los jueces han justificado su decisión en que la menor estaba inconsciente, por lo que los acusados "pudieron realizar los actos sexuales sin utilizar ningún tipo de violencia o intimidación".
OPINIONES SOBRE LA SENTENCIA
A todos los presentes (adolescentes, jóvenes y adultos) les sobran las razones para atestar esta tarde la plaza Sant Jaume de gritos en contra de la justicia patriarcal. Una de las maifestantes, Cristina Martínez, cuenta a Metrópoli Abierta que “es una vergüenza que no se haya aprendido nada después de La Manada de Pamplona, la de Alicante y todas las violaciones que ocurren año tras año”. Oriol Saborido Orús recuerda que esta problemática incumbe a toda la población. “Sería egoísta no hacer nada teniendo en cuenta que la mitad de la ciudadanía está sometida a esta violencia y que, además, esta violencia nos afecta a todos”. Y Patricia Campos señala que está aquí porque, después de tantas violaciones, es lo mínimo que puede hacer. “Es alucinante. Cuando leí el fallo pensé: ‘No puede ser. ¿Qué proceso mental han hecho los jueces para decidir esto?’ Solo con consentimiento, el resto es violación”.
EXPECTATIVAS DE CAMBIO
Consignas como “¡Viva, viva, viva la lucha feminista!” o “¡Las calles serán siempre feministas!”, retumban en el corazón de Barcelona. Una de las jóvenes que corea las proclamas pasa el megáfono a una chica argentina que empieza a gritar con fuerza “¡Yo sabía que a los violadores los cuidaba la policía y la justicia!” y, acto seguido, el resto de la plaza no duda en acompañarla al unísono.
Se trata de una opinión que comparte la manifestante Martínez al subrayar que “si la justicia no cambia, habrá mujeres y niñas que seguirán siendo violadas y asesinadas”. Además, recuerda que en este caso, como en muchos otros anteriores, es difícil que la víctima pueda mostrar verbalmente su aversión. “¿Cómo va a decir 'no' si tiene a un puñado de tíos encima y tiene 14 años?”.
Por su parte, Sonia Ortega lamenta la desigualdad a la que están sometidas las mujeres viene de lejos: “no olvidemos que hasta hace poco la Real Academia Española (RAE) definía a la mujer como “el sexo débil”. Y aunque Campos admite que esta sentencia prueba que aún queda un largo camino que recorrer, no piensa desistir en reivindicar unos derechos que todas las mujeres siempre deberían haber tenido. “Estamos aquí y todo lo que se deba hacer para luchar, se hará”, sentencia.