Quince años de cárcel por perseguir y grabar a homosexuales

El “proyecto pilla-pilla” fue creado en 2013 por un hombre llamado Mykola. A través de este autodenominado proyecto de extrema derecha, persiguió, humilló y vejó a homosexuales para grabarles en vídeo y después difundirlos en las redes sociales, donde contaba con miles de seguidores. El próximo lunes 11 de noviembre se celebra el juicio en el juzgado penal número 2 de Granollers. Y este martes el presidente del Observatori Contra l’Homofòbia (OCH) de Catalunya, Eugeni Rodríguez, ha presentado junto a la abogada del OCH, Laia Serra, las peticiones de la acusación popular de esta causa, que reúne diferentes entidades LGTBI de Cataluña y España, y que se saldó con tres víctimas. 

“Para el líder (Mykola) y el integrante del grupo encargado de grabar, pedimos de un máximo de 15 años de cárcel. Para los otros cuatro integrantes, que participaron en los hechos, pedimos penas que oscilan entre un año y un año y nueve meses”, indica Serra en una rueda de prensa celebrada en el Centro LGTBI de Barcelona. La jurista añade que le acusa a los seis integrantes del “proyecto pilla-pilla” de delito contra la integridad moral, con agravante de abuso de superioridad y discriminación por homofobia, y delito contra la intimidad o revelación de secretos porque colgaron los vídeos en las redes sociales.

MINISTERIO FISCAL

Además de las penas de cárcel, la acusación popular, denominada Comisión Unitaria del 28 de junio, solicita la prohibición de comunicación y acercamiento tres años superiores al tiempo de condena que se acabe dictando. No ha exigido indemnización porque considera que no les "corresponde”, pero el Ministerio Fiscal requiere una compensación de 6.000 euros por los delitos de integridad moral y 25.000 euros por la revelación de secretos por cada una de las tres víctimas de estos infames hechos.

Serra recuerda que los integrantes del “proyecto pilla-pilla” se hacían “se hacían pasar por jóvenes que querían tener citas con hombres adultos. Cuando estos comparecían al encuentro se les hacía una emboscada. Les retenían, exigían que les proporcionaran su nombre y su DNI, les acorralaban, les hacían tocamientos y se apropiaban de sus pertenencias. Una situación traumática”.

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Por si la emboscada no fuese lo suficiente dolorosa, otro de los miembros del grupo grababa a las víctimas haciéndoles saber que esos vídeos irían directos a las redes sociales. La abogada lamenta que estos han estado colgados durante mucho tiempo en las redes y que algunos estuvieron colgados hasta "hace poco". Cuando Facebook los retiraba, acababan en otras plataformas. Otros llegaron incluso a ser virales al alcanzar más de 100.000 visitas en pocos días. “Son hechos muy graves”, agrega Serra.

Durante la investigación, la acusación popular ha reunido pruebas que constatan que eran una banda de extrema derecha, según ha enumerado la jurista. Emulaban del grupo ruso denominado "Occupy Pedofilya", de clara ideología neonazi, que seguía el mismo modus operandi, se justificaba alegando  que perseguía a pederastas. La Comisión Unitaria del 28 de junio localizó en las redes sociales de los acusados simbología nazi y de "Occupy Pedofilya", que tenían seguidores de extrema derecha y que el líder, Mykola, “tenía un vínculo personal con la persona que fue detenida por agreder a un hombre asiático en el metro de Barcelona años atrás”.

COMBATIR EL ODIO

Por su parte, Fran Sánchez, portavoz del Front d'Alliberament Gai de Cataluña, que también ha estado presente en la rueda de prensa, ha señalado que la acusación espera que “el juez esté a la altura, que los acusados cumplan la pena que se merecen. De lo contrario quedará banalizado un discurso de odio, homófobo y fascista”. También recuerda que es momento de condenar estas lacras más que nunca porque solo “hace falta poner la televisión” o ver el surgimiento de “ciertos partidos”.