Pizza cuatro quesos con aceitunas, tomate y extra de orégano y pan con kilos de sal y algo de tomate. Estos son dos de los platos "estrella" de la carta de Sailor, el peor restaurante de Barcelona según TripAdvisor. El establecimiento se encuentra en el número 7 del paseo de Colom, una zona turística por excelencia. Desde Metrópoli Abierta hemos visitado el mesón para comprobar si su pésima puntuación en el portal de valoraciones es merecido o exagerado.
La (única) camarera de servicio, que nos ha pedido sentarnos en la terraza pese a querer comer en el interior del local, tenía como principal objetivo de captar clientes desesperadamente. Tomando nota a los usuarios, la joven no perdía ojo a la vía para intentar captar a todo aquel que pasaba, fracasando en el intento.
SAL, ESPECIAS Y PATATAS, LOS PROTAGONISTAS
Con la camarera hemos ido al grano: pan con tomate, patatas bravas, unas cuantas croquetas y queso manchego para compartir. De segundo, una pizza "cuatro quesos" y una hamburguesa. Para beber, el kit "especial turista": sangría, una caña y agua sin gas.
Ya con la comida en la mesa –bastante limpia y bien presentada– hemos provocado la inocente envidia de unos turistas de la mesa de al lado que no tenían muy claro donde se habían metido. Las patatas, hervidas y secas. El pan con tomate, inundado en sal y las croquetas, pasadas tres veces –como mínimo– por la freidora. El queso, de supermercado y envasado al vacío, era de lo mejor que nos han llegado a servir.
HAMBURGUESA DE GOMA ENCHARCADA
Los platos que nos esperaban tras las indeseables tapas han dejado mucho que desear. Ha sido difícil elegir por donde empezar: la ensalada de bolsa, las patatas con interior vacío y la hamburguesa encharcada en su propia agua. De decoración, un poco de cúrcuma y la sal sobrante del pan anterior. Tras decantarnos por el trozo de goma, sobrevolado por moscas, hemos comprobado que la ternera era congelada y el agua que desprendía evidenciaba su pésima calidad.
De acompañamiento, un puñado de patatas (re)fritas en su propio aceite y vacías por dentro tras pasar demasiado tiempo en el interior de la freidora. Este plato combinado se completaba con una lechuga de bolsa entre la que asomaba un poco de zanahoria en conserva y una triste aceituna negra. Para dar color al plato, el cocinero ha optado por una rodaja de tomate insípido de invernadero.
PIZZA "CUATRO QUESOS" CON EXTRA DE ACEITUNAS
A pesar de pedir una pizza cuatro quesos, la camarera nos ha ofrecido una masa con tomate, emmental, muchas aceitunas y extra de orégano. Haciendo hincapié en que faltaban tres de los cuatro quesos prometidos en la carta, así como que sobraba el medio kilo de aceitunas y el remolque de orégano derramado, la empleada del Sailor ha insistido en que en el restaurante esta pizza "es así".
Con su base de cartón-piedra hemos intentado comer el experimento horneado bajo la ocasional mirada de una camarera que, contra todo pronóstico de éxito, buscaba clientes que paseaban a metros de distancia del establecimiento.
Para acompañar este "manjar", hemos pedido una copa de vino tinto (que seguimos esperando), una caña bastante fresca y medio litro de sangría. Podemos asegurar que la mejor bebida ha sido el agua embotellada.
PRECIO TURÍSTICO
La guinda del pastel ha llegado al ver la cuenta. Unos 50 euros por una comida deleznable, un servicio con buenas intenciones pero malos resultados y unos servicios no adaptados, sin iluminación y con una temática acorde a sus clientes: dos protagonistas de la película americana High School Musical presidían los baños mediante ilustraciones en sus puertas. Un restaurante que bien merece una visita de Chicote. Se lo ha ganado a pulso.