Los CDR amenazan con fuego: “Lo volveremos a hacer”

Los CDR quieren volver a tomar las calles. El grupo radical ha anunciado a través de las redes sociales una protesta como la que tuvo lugar el 18-O que se zanjó con una brutal batalla campal y cientos de heridos. “Urquinaona, lo volveremos a hacer”, han amenazado incluyendo vídeos de las barricadas con fuego. En estos momentos intentan avanzar hasta su objetivo después de que en la calle de Roger de Llúria con Gran Via se hayan producido enfrentamientos y hayan lanzado objetos contra los agentes en la Jefatura Superior de Policía.

Desde este sábado por la tarde, los Mossos d'Esquadra han cerrado el acceso al metro en Urquinaona y decenas de furgonetas antidisturbios han blindado la zona por el temor a otra batalla campal de la misma magnitud justo la noche antes de la elecciones generales de este 10-N. Comercios como El Corte Inglés también han cerrado sus puertas por motivos de seguridad y un helicóptero sobrevuela la zona. Además, se han cortado varias de las vías principales del centro de la ciudad, tal como ha comunicado la Guardia Urbana.

"DESOBEDIENCIA CIVIL" 

“Este sábado seguimos en las calles para demostrar que nuestra fuerza sigue viva”, insisten desde su cuenta en Twitter. “La vía para lograr la independencia es la desobediencia civil”, puntualizan con una imagen en la que aparece el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.

Con esta convocatoria, los CDR llaman a "desobedecer a la Junta Electoral Central", que ya prohibió unas concentraciones pasadas previas a citas electorales, como sucedió en 2004, en pleno auge del movimiento 15-M en 2011, pero que finalmente no ha prohibido los actos durante esta jornada de reflexión.

La marcha ha empezado unos minutos antes de las 19.30 en la plaza Universitat, donde se celebra durante toda la tarde un acto festivo de Tsunami Democràtic –con las actuaciones de grupos como Els Catarres y Doctor Prats– y donde también permanecen acampados jóvenes en protesta por la sentencia del 1-O pese a las tensiones y el abandono de un centenar de ellos vinculados a formaciones políticas.