Gritos que claman seguridad, trompetas que retumban entre los edificios, golpes de cazuelas y pancartas que exigen un barrio digno se han apoderado este viernes por la tarde de La Verneda i la Pau. Unos 30 vecinos del barrio y del Besòs, que se han sumado a la manifestación para apoyarles, protestan con la meta de que la inseguridad se marche de las calles a las que llaman hogar. Tienen claro que no van a parar hasta que no vuelvan a asemejarse a lo que eran antes de 2017, cuando dicen que se produjo el repunte de inseguridad.  

María P., portavoz del grupo de vecinos de La Pau, que reivindican más seguridad, recuerda a Metrópoli Abierta que en verano ya se manifestaron por la misma razón. Pero hace cuatro semanas han vuelto a salir a la calle porque la problemática que ha convertido su día a día en un calvario que no cesa. Con su protesta también pretenden que más vecinos se sumen a esta causa que consideran que es de todos.

Pancartas que piden civismo / ALBA LOSADA



LA MISMA INSEGURIDAD

“La inseguridad es la misma, hay gente que tiene que miedo de salir a la calle”, asegura María al hablar de unas circunstancias que se materializan en múltiples actos delictivos e incívicos. “Hay narcopisos, se producen robos en establecimientos, hay tirones en la calle, nuestros mayores no van solos al cajero a sacar dinero porque sino les roban y nos encontramos jeringuillas por el suelo”, lamenta María y, acto seguido, añade: “el otro día un niño se pinchó con una de ellas en un parque”.

Esta batería de infortunios no solo ha provocado que la incertidumbre se haya instalado en algunas de este punto de Barcelona, también que la indignación de algunos vecinos este a punto de estallar. Julia Lozano dice que “no se puede perder el barrio digno que nos ha costado tanto conseguir”. Tommy Illescas explica que seis vecinos de su bloque se han instalado alarmas en casa porque en el último año y medio han entrado a robar en cuatro domicilios del bloque. Cristina Fanenca lamenta que “aunque siempre ha habido algo de inseguridad, ahora estamos mucho peor, es como si hubiésemos regresado al año 86”. Para ella, la importancia de luchar por un barrio alejado de la inseguridad radica en que no piensa permitir que su sobrino de un año pase por lo mismo que ella 30 años atrás, una época en La Verneda i la Pau que esta vecina resume como un "lugar sin ley".

Los vecinos recorren las calles contra la inseguridad / ALBA LOSADA



SIN RESPUESTA DEL DISTRITO 

A pesar de todo el ruido que hacen estos vecinos y de demostrar que su instinto de lucha no entiende de límites, no han obtenido la respuesta esperada por parte del Ayuntamiento. María señala que en el último consejo de barrio del distrito de Sant Martí les trasladaron que “no hay suficientes denuncias para enviar más efectivos de policía. Nos dijeron que debíamos llamar más al 112”.  Sin embargo, María recuerda que alcanzar este paradigma no es tan fácil porque  “muchos no interponen demandas por miedo a sufrir represalias o que les pase algo a sus familias”. Es por eso que solicitaron a la policía que les den la posibilidad de denunciar de forma anónima.

Mientras no alcanzan un escenario en el que puedan vivir con una mayor tranquilidad, las calles de La Pau seguirán atestadas de vecinos que no tienen intención de callar. A todos les sobran motivos para continuar reivindicando un hogar mejor.

CACELORADAS EN VERANO

Los vecinos de La Verneda i la Pau ya salieron a la calle para protestar contra la oleada de amenazas y robos que estaban sufriendo a nivel particular y en sus comercios. Del mismo modo que han hecho este viernes, entonces, protagonizaron marchas nocturnas para hacer el mayor ruido posible y que el mayor número de personas posible les escuche. 

Los vecinos quieren que el barrio se una contra la inseguridad / ALBA LOSADA



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