El exceso de vehículos en Barcelona provoca grandes congestiones en los accesos. Aunque parezca que lo único que provocan estas largas colas de vehículos privados o autobuses es estrés a los que se ven involucrados, tiene consecuencias mucho peores. 

AFECTACIONES A 320.000 PERSONAS

Según ha revelado el estudio del RACC, más de 320.000 personas que acceden a la capital catalana y al área metropolitana sufren perjuicios en tiempo perdido y en costes económicos, así como en el conjunto de la sociedad en forma de contaminación del aire.

El análisis informa de que cada día laborable se pierden hasta 63.000 horas en la congestión en los accesos metropolitanos, que equivalen a 15,3 millones de horas anuales, un 19,5% más que el año 2016, con un coste global de 169 millones de euros al año, un 23% más que hace tres años. La compañía de seguros también apuntilla que la congestión va a más, ya que empieza una hora antes que en 2016, y se alarga durante más tiempo.

RECLAMAN UN PLAN DE EMERGENCIA

Las rondas de Barcelona (B-10 y B-20) y los corredores del Vallès Occidental (C-16, C-58 y AP-7) y del Baix Llobregat (A-2 y B-23) concentran el 80% del tiempo perdido. El estudio también muestra que buena parte de los usuarios del vehículo privado estarían dispuestos a cambiar de hábitos si tuvieran la oportunidad: el 45% compartiría coche y el 36% dejaría el vehículo en un aparcamiento disuasivo en una estación de tren o bus fuera de la ciudad.

Por todo esto el RACC pide un plan de inversión de emergencia y masivo en transporte público que incremente la capacidad de viajes metropolitanos, para reducir la congestión, una actuación que ve "todavía más urgente" teniendo en cuenta las cerca de 150.000 personas que se verán afectadas por las restricciones de circulación en la Zona de Bajas Emisiones a partir del 1 de enero de 2020.