El gobierno de Ada Colau ha cobrado este lunes la tasa de cementerios a los barceloneses en plena pandemia del coronavirus. Según los datos de los que dispone Metrópoli Abierta, estos tributos se han doblado. Este medio ha tenido acceso a algunos recibos de ciudadanos. En uno de ellos, el coste se eleva a 32,23 euros, mientras que hace un año el precio del servicio fue de 16,89 euros.
La tasa cobrada es por la conservación de los nichos de los cementerios. Los camposantos de la ciudad son de titularidad municipal. El citado no es el único caso al que ha tenido este medio. A otro vecino, el importe cobrado asciende a 253,46 euros, frente a los 132,27 que pagó el año pasado. El recibo que puede pagar un ciudadano también varia en función del número de nichos que tenga o de los compartimentos.
CRISIS SANITARIA
El cobro de este recibo se produce en plena crisis sanitaria. Solo en Cataluña, las personas enfermas superan ya las 6.000 y 245 han fallecido, 54 de ellas en las últimas 24 horas. El departamento de Salut no quiso concretar la semana pasado el número de pacientes en Barcelona, aunque los hospitales de la ciudad están casi desbordados y sin apenas material.
Fuentes municipales han justificado el cobro porque el procedimiento se inició en febrero y los recibos se giraron a principios de marzo, "antes de la emergencia sanitaria", recalcan. En los casos de personas que lo necesiten, el consistorio atenderá caso por caso sin recargo para aplazar o bonificar. En los casos en los que el pago no esté domiciliado, como se ha hecho con otras tasas y tributos, se deja hasta después de la finalización de la crisis sanitaria. Si el recibo se ha devuelto, se girará de nuevo, "sin coste añadido", una vez superado el coronavirus.
El pasado noviembre, el Ayuntamiento anunció su intención de incrementar notablemente los cobros a los titulares de los nichos. Hasta entonces el coste anual sin IVA por cada nicho era de 13,90 euros, una cantidad que se pretendía subir hasta los 27,80 euros. En el caso de las sepulturas que cuenten con más de un compartimento, la previsión era que el coste pasara de 29,36 a 58,72 euros. Las cantidades a cobrar han tenido, desde entonces, algunos cambios.
3,25 MILLONES MENOS DE INGRESOS
Este enero, tras la aprobación de las nuevas tasas, la regidora de Hacienda, Montserrat Ballarín, justificó la subida para poder hacer frente a los trabajos que prevé el plan director de Cementiris para los próximos ocho años tras algunos problemas importantes que han sufrido los equipamientos municipales los últimos años. Según Ballarín, la tasas no se incrementaban desde 2012, lo que ha supuesto que se haya dejado de ingresar 3,25 millones.
Según figura en la página web de Cementiris de Barcelona, la titularidad de los nichos puede ser de 15, 30 y 50 años y los precios varian en función del piso en el que se se encuentra la sepultura. Los importes para 15 años van de 427,87 a 699,89 euros; los nichos para 30 años cuestan entre 599,51 y 980,63 euros, y para 50 años, entre 805,79 y 1.318,05 euros.
La gestión de Cementiris de Barcelona, una empresa de capital totalmente público, depende de Barcelona en Comú. El presidente de Cementiris es Eloi Badia. El concejal ya era el máximo responsable político de la compañía cuando se produjo el hundimiento de 144 nichos en el cementerio de Montjuïc, en septiembre de 2017. El caso fue muy mal gestionado por el Ayuntamiento y todavía hoy, casi dos años después, decenas de familias siguen haber recuperado los restos de sus allegados.
MEDIDAS FISCALES PARA LAS EMPRESAS
La semana pasada, el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, anunció varias medidas fiscales para paliar los efectos de la clausura obligada en empresas, comercios, bares, restaurantes y hoteles. Entre la iniciativa municipal figura no cobrar la tasa de terrazas ni la de residuos mientras dure la crisis. El Ayuntamiento también ha dejado para septiembre el cobro de la tasa turística a los hoteles. Sin embargo, por ahora, el consistorio no ha paralizado el cobro de la tasa de cementerios. Tampoco ha concretado qué pasará con el próximo recibo del IBI. El primero se cobró en febrero, también con una importante subida.