El Hermitage aprovecha el Día de los Museos para pedir su parcela en Barcelona

El director del Museo del Hermitage de San Petersburgo, Mikhail Piotrovsky, ha reivindicado este lunes el proyecto de abrir un Hermitage en Barcelona definiéndolo como una oportunidad para la capital catalana "ahora más que nunca" y ha defendido que la cultura es un remedio para la crisis.

En el Día Internacional de los Museos, el responsable del mítico equipamiento ruso ha destacado el papel de la cultura durante el encierro y cómo instituciones como la suya han tenido que adaptarse a las necesidades del público, explica este lunes en La Vanguardia.

LA CULTURA COMO "VÍA DE ESCAPE"

Piotrovsky valora que el público haya recurrido a la cultura durante el confinamiento como "verdadera vía de escape y liberación para muchas personas" y afirma que eso las ha ennoblecido. En este sentido, el dirigente cultural ha puesto como ejemplos el visionado de óperas, visitas a museos virtuales, conciertos en balcones y la lectura de libros.

También ha defendido que la cultura siempre suma, por "su capacidad de unir a las personas, a las instituciones, a las naciones y a las identidades culturales", de forma que hace compartir e intercambiar ideas en todo el mundo.

El Hermitage celebra el Día Internacional con un vídeo en sus redes sociales que expone escenas post-confinamiento con cuadros de su colección, con obras de Matisse, Monet, Velázquez y Steen, que evocan reuniones con amigos, paseos, besos robados, danza y música; y la iniciativa se ha replicado en las redes sociales del proyecto de museo barcelonés.

UN CONFLICTO QUE VIENE DE LEJOS

Cabe recordar que el Ayuntamiento de Barcelona no quiere el Hermitage en la Barceloneta y a finales de enero no dio el visto bueno al proyecto. Los informes presentados este lunes por el consistorio son muy negativos y desaconsejan la construcción del museo en el nueva bocana del puerto, junto al Hotel Vela.

Para más inri, el pasado 27 de enero, el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, menospreció el interés cultural del Hermitage, alegando motivos de seguridad y de problemas de movilidad en la Barceloneta.