El mosquito tigre ha ganado presencia este verano en Barcelona. Comparado con otros años, el Ayuntamiento de Barcelona ha detectado un pico de este insecto, cuya actividad se empezó a notar en abril, un mes antes de lo que es habitual.
Una gran temporada de lluvias y esta primavera cálida han generado el ecosistema perfecto para que el tigre se sienta como en casa y gane notoriedad en la fauna barcelonesa.
MÁS FUMIGACIONES
La Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPC) asegura que se están aplicando diversas medidas para atajar este fenómeno, por ejemplo, más controles a pie de calle. Las visitas de los técnicos de este organismo municipal y de la Generalitat a los focos principales de cría de mosquitos tigre se han duplicado.
Si antes hacían una visita al mes, ahora se efectúan dos. Si se encuentran larbas, los operarios las eliminan. Se trata de unos controles que se llevan a cabo en 64 zonas de especial riesgo. Son jardines, fuentes o lugares donde se acumula agua. Algunos ejemplos son los jardines de Montjuïc, el Parc Central de Nou Barris y los alrededores del Mercat de Poblenou o el Park Güell.
LLUVIA Y CALOR
La primavera más lluviosa que ha vivido Barcelona en varias décadas es el principal motivo que explica el aumento del bicho. Este factor, sumado con el calor de este mes de mayo, el más caluroso que se recuerda en Barcelona, son las causas del incremento del mosquito.
"La razón del aumento de incidencias a lo largo del verano tiene su explicación en una primavera lluviosa con unas elevadas temperaturas", explican desde la AGSP. Pero la tendencia ascendente no tiene porque repetirse en agosto. Tras un mayo intenso, en julio y agosto se han reducido las incidencias relacionadas con este insecto, que acostumbra a vivir un máximo de 30 días y cuya reproducción está sujeta a diferentes factores.