Silvia Casorrán, consejera del distrito de Sant Martí por los comunes, ha sido el foco de todas las críticas este domingo tras insultar a los manifestantes contrarios a la ZBE en Barcelona. Lejos de respetar el derecho de quienes se concentraron en la capital catalana, ha optado por calificarlos de "inútiles" y "palurdos" en su perfil de Twitter.
La también asesora de movilidad del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), no dudó en responder a un tweet en el que se mostraba un vídeo de la movilización. Casorrán afirmó que "es de ser inútiles si así creen que van a conseguir algo...", en referencia a los manifestantes que legítimamente protestaron por las calles de la ciudad.
La consejera no se conformó con un primer insulto. Quiso repetir, y así lo hizo. En respuesta a otro mensaje de Twitter, en el que un usuario contrario al acto aseguraba que lo que querían los afectados era "que les saquen un minuto en la tele y poco más", Casorrán optó por complementar el comentario: "Y que pensemos tod@s: vaya palurdos", escribió la miembro de los comunes, evidenciando una mayúscula falta de respeto a los concentrados.
'DISCULPAS'
Tras sus mensajes en la red social, la consejera denunció que había recibido insultos y acoso hacia ella y su familia, lo que le llevó a "borrar los comentarios" y pedir "disculpas".
Además de consejera por BeC en Sant Martí y asesora en el AMB, Casorrán es coordinadora de la Red de Ciudades por la Bicicleta y vocal de Promoció pel Transport Públic (PTP), una asociación contra el coche financiada por las administraciones lideradas por Ada Colau y otras de carácter público, de las que recibió el 52% de su financiación en 2018.
MOFA SOBRE LA INSEGURIDAD
No es la primera vez que la consejera de los comunes siembra la polémica. Hace poco más de un año, compartió un vídeo en Twitter caminando por una calle del Raval hacia el lugar donde había estacionado su bicicleta, comentando que ella y su "bici eléctrica" acababan de "sobrevivir en el Raval".
Con este tono burlesco e irónico, Casorrán pretendió minimizar la crisis de seguridad que se continúa viviendo en la capital catalana, especialmente en el distrito de Ciutat Vella.