El viernes, aún de madrugada, los paradistas más madrugadores del mercado de los Encants se encontraban la puerta del recinto cerrada. El Ayuntamiento de Barcelona, encargado de gestionar las 300 paradas, clausuraba el bazar apoyándose en las nuevas restricciones de la Generalitat para frenar la pandemia. La decisión del gobierno de Ada Colau ha caído como una bomba entres los vendedores, muy golpeados por el descenso de clientes. Entienden que el mercado no es un centro comercial y han recurrido judicialmente el cierre.

"La indignación es generalizada. Ahora resulta que somos un centro comercial. No tiene sentido", se queja Josep Nebot, presidente de la Asociación del Mercat Fira de Bellcaire. El representante de los paradistas, que regenta una tienda de muebles, argumenta que desde su reapertura, hace cuatro meses, los vendedores aplican "rigurosas medidas de seguridad" con la reducción de las 26 entradas a 4, control de acceso en estas puertas, limitación de aforo y obligatoriedad de aplicar gel hidroalcohólico a los clientes.

MEDIDAS ANTICOVID

Nebot explica que estas medidas, "demasiado extremas según un informe de la Guardia Urbana de Barcelona", no se han aplicado en los centros comerciales estos meses, y que son las tiendas, a título la individual, las encargadas de adoptar medidas. Una situación, dice, que afecta a la cantidad de clientes que circulan por el mercadillo, que ha caído en picado. Los comerciantes denuncian que se han gastado durante estos meses de su propio bolsillo más de 6.000 euros en gel desinfectante.

Actualmente el aforo máximo permitido en los Encants era de unas 1.100 personas aproximadamente. Hasta este viernes un semáforo y unas pantallas informaban en tiempo real de la cantidad de clientes que había en el interior.

Los Encants, en una imagen del pasado septiembre / GUILLEM ANDRÉS



Los paradistas defienden que el cierre no ha sido firmado por nadie y que el consistorio se limitó a enviar una nota informativa a los mercados. En el documento se informa que "lamentablemente" el consistorio debe proceder a cerrar el mercado para cumplir la resolución del Departamento de Salud del 29 de octubre, encaminada a frenar la segunda ola de contagios de Covid-19.

CIERRE SIN VALIDEZ JURÍDICA

Para la asociación de vendedores la nota del Ayuntamiento no tiene validez jurídica. El pasado viernes por la noche presentó un recurso en un juzgado contencioso administrativo contra un cierre que, según denuncian, no ha sido decretado oficialmente por el Ayuntamiento. "No puede ser que estén poniendo palos en las ruedas continuamente", lamenta.

La medida de la Generalitat permite la apertura de los centros comerciales con un tamaño inferior al citado, a aquellos que ofrezcan servicios básicos y a los que cuenten con acceso directo a la calle, eso sí, limitando el aforo al 30%. 

DIFERENCIA DE TRATO

El cierre, ordenado por el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona (IMSS), no afecta a los otros dos grandes mercados de la ciudad: el mercado de los Encants de Sant Antoni y el Mercado Dominical.

 

 

La clausura del mercado supone un jarro de agua fría para las 500 familias que dependen de la economía del bazar de Glòries. Los paradistas denunciaban hace un mes el incumplimiento de Ballarín con la rebaja del canon que pagan los comerciantes para aliviar los estragos de la crisis económica. Más de un 20% de los negocios no han aguantado la actual situación económica y anuncian su traspaso. Además, una veintena de tiendas sigue con la persiana bajada.

Montse Ballarín, concejal de Comercio de Barcelona, durante la última campaña electoral



RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO

Montse Ballarín, concejal de Comercio de Barcelona, no comparte la postura de los paradistas y recalca: "La última prohibición de la Generalitat prohíbe que puedan abrir estos espacios. Hemos contactado con la Generalitat, con ERC, para intentar abrir el mercado, pero ha sido imposible".

En Barcelona, recuerda Ballarín, el mercado de los Encants pudo reabrir el pasado junio. Durante muchos días se produjeron largas colas para acceder al interior, de acuerdo con las limitaciones de espacio. En Madrid, en cambio, el Rastro todavía no ha abierto desde marzo al no poder sectorializar el mercado. La concejal de Comercio asegura que no se puede equiparar los Encants con el centro comercial de Glòries. La mayoría de las paradas no tienen entrada y salida directa desde la calle.

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