La tienda Louis Vuitton del paseo de Gràcia de Barcelona se encuentra en el punto de mira. Un comprador ha desvelado una supuesta conducta racista, homófoba y clasista que estaría teniendo su equipo de trabajadores con un sector de la clientela. A raíz de la denuncia de este barcelonés, cientos de seguidores de la firma de lujo francesa han compartido sus malas experiencias y han difundido la campaña a través de las redes sociales, hasta tal punto que se ha viralizado.
La polémica ha sido iniciada por Joan Sans, un empresario barcelonés coleccionista de la firma liderada por el director creativo Virgil Abloh. Este joven de 22 años, cliente habitual de la tienda barcelonesa y de otras boutiques de Louis Vuitton alrededor del mundo, tuvo un conflicto con la dirección de Barcelona que le hizo desenmascarar las supuestas conductas antimorales que se estarían llevando a cabo en el interior del establecimiento comercial.
ACUSACIÓN DE RESELLER
Sans ha explicado a Metrópoli Abierta que todo comenzó cuando trató de comprar un producto "superexclusivo" que había encargado en una de las tiendas que la firma tiene en París. Al llegar para adquirir el producto comprobó, a través de un supuesto correo electrónico enviado a la tienda, que la dirección del establecimiento de Barcelona había pedido que no se le vendiese el objeto. Según cuenta el coleccionista, que asegura haber gastado una cantidad de seis cifras en la boutique catalana, el local barcelonés le acusaba de ser un reseller, es decir, un revendedor de productos de la firma o, como lo llaman desde el sector, un "paralelo". El denunciante achaca la conducta a un "ataque de celos" por no gastar los 15.000 euros que costaba el artículo en su ciudad natal.
Este veto supuso un antes y un después para el cliente. Conocedor del "trato discriminatorio" que estarían recibiendo personas de origen asiático y otro tipo de clientes, decidió denunciarlo todo a través de su perfil de Instagram: "Esta tienda ha estado humillando a clientes, prohibiendo la venta a personas por su raza, según ellos por "política de tienda", algunos clientes han sido tratados como basura. Incluso clientes VIC (Very Important Client) han sido cuestionados por no comprar en esta store y hacerlo en otras. Comentarios homófobos, racismo, despotismo, clasismo y otros sucesos ocurridos en esta tienda, una paradoja en el contexto de antirracismo que plantea el director creativo, Virgil Abloh. Comprar en esta tienda implica suplicar y arrastrarse para comprar un producto seas quien seas, excepto; 'amigos de' o famosos. Aun así, algunos trabajadores de esta tienda sí tienen una actitud responsable y ética ante los clientes e incluso algunos reportan dichas normas ilegales y antiéticas que plantea la dirección", escribió en la publicación, que cuenta con más de 600 comentarios y 1.300 likes.
A raíz de su denuncia, salieron a la luz multitud de casos que avalaban la conducta discriminatoria del equipo de Louis Vuitton en Barcelona, como el caso de Carlos (nombre ficticio). Este joven de Málaga viajó hace unos meses para acudir a la semana de la moda. Aprovechando su estancia en la capital catalana decidió darse un capricho comprando un bolso de la firma francesa en el número 80 de la milla de oro. El problema llegó cuando un empleado se mofó al ver que era Carlos quien iba a llevar el bolso y no su novia, que le acompañaba durante la compra. Esta situación tan "incómoda" no le había resultado preocupante hasta ahora. Tras la denuncia de Joan Sans, el malagueño interpretó que el episodio en la tienda de paseo de Gràcia había sido un claro ejemplo de homofobia: "Quizás fue una mala interpretación mía, pero, con todas las denuncias que estoy viendo estos días, me choca mucho recordar lo que me ocurrió", explica a este medio.
RACISMO A CLIENTES ASIÁTICOS
Wenlong Liu es otro de los clientes afectados por la supuesta mala praxis de los empleados de Louis Vuitton en la ciudad condal. El cliente habitual también ha querido explicar a este medio los episodios de racismo que le han hecho dejar de comprar en la boutique. "Yo suelo tener menos problemas que otras personas asiáticas porque he gastado muchísimo dinero. A los asiáticos, especialmente a los chinos, que compran en la tienda de Louis Vuitton de Barcelona siempre se les pone trabas", asegura este cliente, que lleva una más de una década comprando en el establecimiento del enclave barcelonés.
Liu explica que la última desagradable escena que vivió en la tienda fue hace tres semanas: "Quise reservar dos chaquetas y una sudadera. La vendedora me lo negó y me especificó que solo podía pedir una pieza de ropa. Además me dijo que si quería comprar más productos debía venir acompañado de otra persona y reservarlos a su nombre. Y eso porque soy yo, si es otro chino le piden que venga con su amigo español y que lo pague en efectivo", argumenta.
CLASISMO
Este comprador explica que los empleados de la tienda valoran si puedes o no puedes comprar en ella: "Miran lo que llevas, lo que gastas, de dónde eres, etc. Así determinan si eres un cliente potencial o no". "Ser chino es un concepto muy amplio, y no por serlo se nos puede acusar de revendedores", detalla molesto el comprador. Es más, Liu asegura que el año pasado interpuso una denuncia a la tienda "por racismo". La respuesta de los abogados de Louis Vuitton se puede ver en la siguiente fotografía adjunta.
Pero la discriminación de la marca hacia Wenlong Liu no concluye con estos dos episodios. Este cliente también afirma que la madre de su pareja recibió un trato discriminatorio en el corner de Louis Vuitton de El Corte Inglés de la plaza de Maria Cristina hace un año: "Fue a comprar un bolso específico y la empleada aseguró que no había stock. Minutos más tarde vio como se lo mostraba a una pareja de rusos. Al reprochar el veto, la trabajadora se defendió diciendo que era una reserva, pero los compradores juraron que no habían reservado el bolso", relata.
MÁS TESTIMONIOS
Otro cliente asiático que también dice haber recibido un trato discriminatorio en la tienda de Louis Vuitton en Barcelona es Yifan Xue. Este chino de 24 años relata a Metrópoli que hace un año se le negó la venta de un producto en el establecimiento: "Toda mi familia es fan de la marca desde siempre. Mi madre tiene bolsos de colección limitada de hace más de 10 años. Lleva casi toda la ropa de la firma, por eso un día quise comprarle un artículo de nueva colección en la tienda de paseo de Gràcia. Al pedir al vendedor el modelo que buscaba me respondió que no estaba disponible para los chinos. El trabajador dijo que varios asiáticos habían preguntado por el mismo bolso para enviarlo de regreso a China y hacer una copia", describe enfadado.
Josep, un cliente barcelonés, que se confiesa fanático de la firma, también ha dejado de comprar en la tienda del centro de Barcelona para pasarse al e-commerce. Josep relata a Metrópoli que se ha tenido que buscar la vida para conseguir objetos exclusivos contactando con las tiendas de París o Puerto Banús. Asegura que su principal problema es que el comercio de Barcelona prioriza a famosos y futbolistas y deja de lado a clientes VIC, "aunque gasten cientos de miles de euros más que las caras conocidas". "Sé a través de contactos que todo el producto limitado va para los jugadores del Barça y del Espanyol", y prosigue: "un día los empleados no me quisieron vender un artículo y acto seguido vi como se lo vendían a Stephen James, creador de la marca SikSilk".
Además, el testimonio explica que en multitud de ocasiones se ha sentido maltratado por la actitud "déspota" de la encargada de la sección de moda masculina. El empresario destaca que ha trasladado su insatisfacción a vendedores de otras tiendas y que estos "se disculpan por la firma, pero no quieren saber nada de los de aquí".
Adrià (nombre ficticio), un joven residente en la ciudad de Barcelona, describe a este medio una última situación extraña acaecida en la boutique de la firma francesa de la ciudad: "Hace cosa de dos meses fui a comprar un bolso para un regalo y mi vendedor de confianza me dijo que solo me lo podía vender a nombre de otra clienta". El chico se vio obligado a acceder y el empleado le pidió que no dijera a nadie nada: "Estoy solo con un manager. Has de dar el nombre de una clienta mía, pero calla, que me tiran a la calle", se lee en la conversación a la que ha tenido acceso este medio.
COMPORTAMIENTO PARADÓJICO A LOS IDEALES DE LA MARCA
Estas historias son solo un ejemplo del comportamiento que estarían teniendo los empleados de la firma en la tienda de Barcelona. Aparte de los clientes que se han sentido defraudados y han querido compartir su testimonio con este diario, Instagram y Twitter se han llenado de comentarios que aseguran que lo que relatan es cierto. También cientos de usuarios confirman que los compradores asiáticos son señalados sin que haya ningún documento físico que demuestre que revendan los productos. Además, todos los testimonios con los que ha hablado este medio destacan que se trata de unas prácticas habituales por parte de los empleados y no de hechos puntuales.
Este tipo de comportamientos que, supuestamente, estaría teniendo el staff de paseo de Gràcia dista mucho de la orientación que ha tomado la marca en los últimos años. Desde que Virgil Abloh tomara el mando de la firma en marzo de 2018, Louis Vuitton ha promovido la diversidad en todas sus ideas. Sin ir más lejos, el famoso diseñador de moda estadounidense destinó uno de sus dos shows anuales a Shanghai en 2019, a sabiendas de que el comprador asiático es uno de los más potentes de la firma.
Este medio ha tratado de ponerse en contacto con Louis Vuitton y, al cierre de esta edición, no ha recibido una respuesta.