Tal y como denunció el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts de Catalunya (CONCA) en un informe del 2018, el sistema de estudios superiores artísticos en Cataluña —tanto universitarios como no universitarios— está altamente fragmentado y carece de coordinación. Esta situación da lugar a distintas problemáticas, como la privatización de los estudios, con un 53% del alumnado matriculado en centros privados y una carencia de precios públicos en algunas especialidades.

Una alumna del grado en Conservación-Restauración de Bienes Culturales la Universitat de Barcelona realizando la restauración de un mosaico/ UB



Una alumna del grado en Conservación-Restauración de Bienes Culturales la UB realizando la restauración de un mosaico/ UB

Partiendo de esta problemática y liderando la idea ya recogida en el informe del CONCA, en abril del 2019 la Universitat de Barcelona (UB) anunció su voluntad de construir un Campus de les Arts, con la intención de devenir una estructura que facilite y asegure la coordinación de este ámbito, ofreciendo un mejor servicio a la sociedad.

Actualmente, en Cataluña hay 19 centros de educación superior dedicados a las enseñanzas artísticas, que en total suman 8.000 estudiantes, y todos ellos están adheridos a esta propuesta.

Edificio histórico de la Universitat de Barcelona (UB) / UB



CAN RICART

El sitio elegido por la UB para ubicar esta institución fue el terreno emblemático de Poblenou, Can Ricart. Este espacio de titularidad municipal que albergó en sus tiempos una antigua fábrica textil y que cuenta con edificios declarados Bien Cultural de Interés Nacional, es hoy y desde hace años un lugar totalmente degradado.

Parte del recinto, alrededor de 8.000 metros cuadrados, fue cedido en 2015 a la Universitat de Barcelona para que pusiera en marcha la construcción de un Parque de las Humanidades y las Ciencias. Pero en 2017 y después de un cambio en el rectorado, la universidad descartó el proyecto por los elevados costes que conllevaba.

Los terrenos de Can Ricart se encuentran totalmente degradados / CR



Según el convenio de cesión del espacio que la universidad firmó con el Ayuntamiento, en enero de 2020 el acuerdo se podía rescindir si no se habían puesto en marcha los equipamientos. No obstante, y después de que en 2019 la UB pusiera sobre la mesa la idea de construir el Campus de les Arts en Can Ricart, el consistorio se comprometió a prologarlo hasta diciembre de este año, para que la universidad tuviera suficiente tiempo de encontrar financiación y tirar adelante el proyecto, que supone un coste de 15 millones de euros.

FINCANCIACIÓN

Esa fecha ya ha llegado, y la institución educativa sigue sin reunir los fondos necesarios. Para poder costear una parte importante de la obra, la UB solicitó recursos al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), pero le han sido denegados. Sin embargo, la universidad no pierde la esperanza, y ha presentado alegaciones.

“Para lograr la financiación del FEDER deben reunirse una serie de puntos, y nuestro proyecto se quedó a tan solo 0,5 puntos de reunir los necesarios. Consideramos que hay elementos contundentes del proyecto que no se han valorado correctamente y creemos que con las alegaciones lo reconsiderarán y lograremos ese medio punto que nos falta”, explica a Metrópoli Abierta el Dr. Salvador García, vicerrector de Artes, Cultura y Patrimonio de la UB.

Por ahora, aún están a la espera de recibir una respuesta, que no saben cuándo llegará. "Cuando presentamos la solicitud de financiación debían resolverla en un plazo de seis meses y tardaron más de un año, así que tampoco sabemos cuándo nos dirán algo respecto a las alegaciones", puntúa García.

Aspecto que presenta el recinto de Can Ricart /Archivo



No obstante, si aún así no consiguen los fondos, no renunciarán al Campus de les Arts. “No nos daremos por vencidos a menos que el Ayuntamiento nos retire el derecho de uso del edificio, y mientras eso no ocurra, trabajamos en otras opciones de financiación”, señala el Dr. García. 

Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han explicado a este medio que antes de la revocación están “a la espera de que la UB agote las posibilidades para conseguir financiación”.

PROYECTO CONCEPTUAL

De todos modos, la universidad no renunciaría al Campus de les Arts ni en el peor de los casos. Aunque no consiguiera financiación o tardase tanto en hacerlo que el consistorio decidiese finalmente retirarles Can Ricart, el proyecto conceptual del campus seguiría adelante. Y es que el Campus de les Arts sigue teniendo sentido, aunque carezca de ubicación física, porque su principal objetivo es lograr armonizar los enseñamientos artísticos superiores y superar las problemáticas del modelo vigente.

El hecho de que actualmente haya un cúmulo de enseñamientos artísticos superiores que se imparten fuera del ámbito universitario genera cierta problemática, entre otros aspectos, porque los estudios artísticos no universitarios están regulados por la ley de educación, y los universitarios por la ley de universidades. “Para hacer investigación hay que haber cursado un máster o un doctorado, y esos estudios tienen parámetros estrictamente universitarios. Por tanto, la investigación no llega a las enseñanzas artísticas no universitarias”, lamenta el vicerrector de Artes, Cultura y Patrimonio de la UB.

Actuación de un alumno del Institut del Teatro, centro adherido al proyecto del Campus de les Arts/ IT



En la misma tónica, explica que lo que hacen muchas escuelas no universitarias para poder programar grados es adscribirse a alguna universidad. “Todo el mundo se busca la vida, pero la idea es que nadie tenga que hacerlo, sino que haya una propuesta de país. Mientras esta propuesta no exista, nosotros proponemos el campus de las artes para ir caminando hacia esa dirección. Estamos haciendo una cosa que tendría que hacer la administración, porque las enseñanzas artísticas son un bloque académico importante poco valorado y reconocido y queremos que se valore y se reconozca”, señala el Dr. García.

LA PROPUESTA

La propuesta del CONCA liderada por la UB, por tanto, pretende fortalecer las enseñanzas artísticas e incentivar los estudios de máster, la investigación y el doctorado en este campo, todavía minoritarios en el sector. Todo ello, con tal de aumentar y mejorar la capacidad científica y formativa de las disciplinas artísticas.

“Si nos quedásemos sin Can Ricart seguiríamos trabajando en el proyecto como concepto, y contemplaríamos buscar una nueva sede, porque el Campus de les Arts tiene dos patas. Por un lado está el trabajo conjunto entre los centros de educación artística para encontrar una solución a la problemática actual, y por otro, disponer de un espacio físico que sea la casa común donde llevar a cabo ese proyecto”, apunta el doctor.

UNA CASA COMÚN

Si finalmente se llegase a construir, el campus sería un espacio especializado en investigación y formación artísticas, con servicios y actividades comunes para los diversos centros que imparten enseñanzas artísticas de nivel superior. Can Ricart se convertiría así en un espacio de referencia y contribuirá a forjar un marco institucional compartido entre estos centros. A partir de los principios de complementariedad e interdisciplinariedad, el objetivo es crear un centro que actúe como motor de una red académica que afronte mejor los retos actuales del sector.

El recinto fabril de Can Ricart, en el Poblenou / ARCHIVO



El recinto fabril de Can Ricart, en el Poblenou / ARCHIVO

Así, el Campus de les Arts organizaría másteres oficiales y programas de doctorado, y acogería grupos de investigación formados por personas de los diferentes centros que cooperarían entre sí. En él también se ubicaría el Observatorio de las Enseñanzas Artísticas de Cataluña, que analizaría la información relativa a la oferta y la demanda docente del sector. Igualmente trabajaría en el campus un equipo de profesionales que realizaría tareas de promoción y valorización de los diversos centros como conjunto, para amplificar el potencial de su presencia social e internacional.

OTROS BENEFICIOS

Además, esta propuesta contribuiría, a su vez, a dinamizar el polo cultural del 22@, y sería la excusa para rehabilitar y dotar de un uso práctico un edificio que es referente del patrimonio industrial y que a día de hoy se encuentra en estado ruinoso. Su rehabilitación incluiría la creación de aulas, un auditorio, espacios de investigación y creación, despachos y recursos audiovisuales.

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