El edificio de Ca l'Espina de Gràcia está siendo desalojado esta mañana por los Mossos d'Esquadra. El inmueble, situado en el número 12 de la calle de Astúries de la Vila de Gràcia, ha sido uno de los objetivos del movimiento okupa de Barcelona en los últimos años.
Según ha confirmado la policía catalana a Metrópoli Abierta, el desalojo ha empezado a las 07.00 horas de esta mañana y ha terminado dos horas después. Los Mossos d'Esquadra han desplegado un dispositivo policial con más de un centenar de agentes tras la orden judicial de un juzgado de instrucción de Barcelona. A pesar de que son varias las plantas de la casa okupa los que están ocupadas ilegalmente, el cuerpo policial tan solo tenía orden de desalojar el segundo piso, en el que no había ninguna persona en el interior.
El desalojo se ha llevado a cabo sin incidencias ni detenidos, de forma que los Mossos únicamente han identificado a algunas personas durante el operativo.
LLAMAMIENTO AL SOPORTE VECINAL
Los mismos okupas han sido los que han informado del desalojo esta mañana a través de Twitter. Desde el perfil oficial de la casa okupa han asegurado que "la familia Fradera especula y desaloja". "Hoy a las 07.00 horas nos hemos despertado con golpes de la policía y con un dispositivo bestial para echarnos de casa. Contra la especulación, el capitalismo y la propiedad privada", han sentenciado en un mensaje en la red social. El colectivo Ca l'Espina también ha hecho un llamamiento para pedir soporte vecinal y han convocado una concentración en el centro social.
En el mítico edificio viven entre cuatro y seis personas de forma ilegal. Los okupas, que antiguamente habían formaron parte de movimientos sociales Ca la Trava y Ka la Castanya, irrumpieron hace un año en el inmuebleí. El pasado mes de julio de 2020, un juez ordenó el desalojo de los bajos, no habitables. La empresa familiar que compró con anterioridad el bloque, ha denunciado en reiteradas ocasiones a este medio el sinvivir que comportaba tener estos individuos viviendo en su interior. Uno de los propietarios explicó que los inquilinos habían recuperado técnicas de acoso para evitar las obras de reforma del inmueble.