El 8% de los hogares de Barcelona no tiene conexión a Internet. Lo dice el Ayuntamiento de Barcelona, que ha elaborado este pasado otoño el informe La bretxa digital a Barcelona, a través de la Fundació BIT Habitat con la colaboración del Mobile World Capital Barcelona (MWCapital). Los datos salen de una encuesta realizada a 2.542 ciudadanos.
Según el consistorio, en los últimos cuatro años, se ha reducido de forma notable la brecha digital en la población con una menor renta, lo que se traduce en que ahora un 92% de las viviendas de la ciudad dispone de conexión a la red, ha destacado la teniente de alcaldía Laia Bonet en la presentación del informe. En los hogares de renta baja, el nivel de conexión ha pasado del 75 al 91%. De esta forma se ha reducido en seis puntos la diferencia con las casas de rentas altas.
MÁS DESIGUALDADES DURANTE LA PANDEMIA
El informe también analiza la conexión a Internet durante la pandemia. Durante estos meses, las desigualdades entre los más ricos y los más pobres en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación se han acentuado (TIC), así como en el acceso al teletrabajo y a la educación online, se acrecentaron. Bonet ha explicado que un 55% de las personas ocupadas ha podido desarrollar su actividad laboral a distancia, pero en las zonas de Barcelona con rentas bajas el porcentaje se reduce al 43,7%.
Uno de los datos más preocupantes de la encuesta es que un 26,8% de los alumnos barceloneses menores de 16 años no pudo hacer clases telemáticas durante el confinamiento de la pasada primavera. En el otro extremo de la balanza, el 73,2% de los estudiantes de infantil, primaria y ESO sí pudieron seguir las clases a distancia con regularidad. El problema se ha dado especialmente entre los ciudadanos más pobres, también por la falta de ordenadores y tablets.
LOS CURSOS Y LAS CITAS MÉDICAS, ENTRE LOS USOS MÁS HABITUALES
Los últimos cuatro años, los usos de Internet que más han crecido en Barcelona han sido los cursos de formación (que se han triplicado, hasta el 48%), las citas y consultas médicas (que se han doblado, hasta el 70%), los trámites administrativos (que pasan del 42 al 75%) y la compraventa de bienes y servicios (que suben del 53 al 76%).